Elio de Angelis, un piloto de otra época
A pesar de que para todo piloto de la F1, su máximo objetivo es lograr el título, sólo 33 lo han conseguido, pero ser Campeón del F1 no lleva implícito ser un piloto carismático. Sin embargo, hay muchos que pese a no haber logrado el título, si lo son y este es el caso del italiano Elio de Angelis, piloto que tuvo que luchar para quitarse la imagen de niño rico y que no tardó en ganarse la reputación entre los pilotos de la F1, además de ganarse a la gente con su encanto y que sin duda, entre otras cosas, siempre será recordado por su mítico casco Simpson Bandit blanco, el más original de la década de los ‘80 por su diseño, que recordaba a los cascos de los soldados imperiales o “Stormtroopers” de la Guerra de la Galaxias.
Para 1986 fichó por Brabham para sustituir a Nelson Piquet con Riccardo Patrese como compañero de equipo y con el nuevo y revolucionario Brabham BT55 de Gordon Murray, un coche extremadamente plano que sustituía al BT52, cuyo concepto veríamos ados años más tarde en el McLaren MP 4/4 de 1988
Nacido en Roma en 1958 en el seno de una familia adinerada (Su padre, Giulio, dirigía una empresa de construcción de éxito y competía en lanchas a motor), ya desde muy pequeño demostró a ser un apasionado del motor y comenzó a competir en karts, categoría en la que en 1974 logró el título en el campeonato italiano de la categoría C2 100 cc, así como el subcampeonato del mundo de 100 cc en 1975. De los karts pasó a la F3, donde en 1977 ganó el campeonato italiano, lo que le sirvió como trampolín para pasar a la F2, donde pese a no lograr ningún título, ganó el Gran Premio de Macao. En 1979, lograba el sueño de debutar en la F1 de la mano de Shadow con el DN9 en el GP de Argentina, primera prueba de la temporada, carrera en la que logró terminar en 7ª posición. En su primera temporada en la F1, de Angelis logró acabar 7 carreras, de las cuales, su mejor resultado fue el cuarto puesto logrado en la última carrera de la temporada, el GP de EE.UU disputado en el circuito de Watkins Glen.
Siempre será recordado por su mítico casco Simpson Bandit blanco, el más original de la década de los ‘80 por su diseño, que recordaba a los cascos de los soldados imperiales o “Stormtroopers” de la Guerra de la Galaxias
El año siguiente, Colin Chapman le llamó para sustituir a Carlos Reuteman y, aunque comenzó con un abandono en Argentina, en Brasil, la segunda carrera de la temporada y con 21 años a punto estuvo de convertirse en el piloto más joven en ganar una carrera, pero finalmente la victoria fue para el Renault de Rene Arnoux. A lo largo de la temporada logró puntuar en otras tres carreras y terminó la temporada en 7ª posición con 13 puntos. Su primera victoria se hizo esperar, pues no llegó hasta el GP de Austria de 1982, carrera en la que se impuso sobre la línea de meta a Keke Rosberg, a la postre campeón de ese año, por sólo 0,050 segundos, victoria que sería la última que vería Colin Chapman, quien moriría en diciembre de ese año. 1984 fue sin duda su mejor temporada, con cuatro podios y tercero en el mundial. La salida de Mansell a Williams en 1985 supuso la llegada de una joven promesa al equipo; el brasileño Ayrton Senna y aunque lograría su segunda y última victoria en la F1 en el GP de San Marino y dos podios más, el italiano sintió que el equipo se había decantado por el brasileño y tras 90 carreras con Lotus en las que logró terminar entre los seis primeros en 42 ocasiones, todo un mérito en esa época caracterizada por la falta de fiabilidad de los motores turbo, de Angelis sintió que había llegado el momento de cambiar de aires.
En aquella época en los tests no había los medios humanos (comisarios, médicos y bomberos) a los que estamos acostumbrados hoy en día y sólo un par de mecánicos de Benetton que medían las velocidades máximas fueron testigo del accidente
Para 1986 fichó por Brabham para sustituir a Nelson Piquet con Riccardo Patrese como compañero de equipo y con el nuevo y revolucionario Brabham BT55 de Gordon Murray, un coche extremadamente plano que sustituía al BT52, cuyo concepto veríamos ados años más tarde en el McLaren MP 4/4 de 1988, cuando Murray se fue McLaren. La temporada no comenzó bien para el equipo, con un 8º puesto inaugural y tres abandonos consecutivos para de Angelis y un sexto puesto y tres abandonos para Patrese, así que tras el GP de Mónaco, el equipo fue al test oficial previo al GP de Francia en Paul Ricard. En la mañana del 14 de mayo, De Angelis era el único piloto en la pista cuando sufrió un fallo en el alerón trasero del BT 55 en la “S” de La Verrerie que hizo que el monoplaza diese varias vueltas de campana hasta quedar boca abajo, con De Angelis atrapado. En aquella época en los tests no había los medios humanos (comisarios, médicos y bomberos) a los que estamos acostumbrados hoy en día y sólo un par de mecánicos de Benetton que medían las velocidades máximas fueron testigo del accidente. Se rompió el depósito de gasolina y empezó a arder. Alan Jones y Alain Prost fueron de los primeros en llegar al lugar e inmediatamente intentaron sofocar el incendio. La falta de medios hizo que la poca ayuda llegase tarde y, aunque finalmente lograron sacar al piloto italiano, su corazón ya se había parado. Un médico logró reanimarle y fue trasladado en helicóptero al hospital, donde a pesar de haber sufrido únicamente una fractura de clavícula, murió por inhalación de humo el 15 de mayo en el Hospital de Marsella, con 108 Grandes Premios disputados, 2 victorias, 3 poles y 9 podios en su palmarés.
Su primera victoria se hizo esperar, pues no llegó hasta el GP de Austria de 1982, carrera en la que se impuso sobre la línea de meta a Keke Rosberg, a la postre campeón de ese año, por sólo 0,050 segundos, victoria que sería la última que vería Colin Chapman, quien moriría en diciembre de ese año