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Editorial junio 2022

Editorial junio 2022

  • Ya llegó oficialmente el verano y dentro de nada las vacaciones, que visto como fueron las de la pasada Semana Santa, todo apunta a que este verano los desplazamientos por carretera alcanzarán las cifras anteriores al Covid.  Menos mal que el Gobierno ha tenido un detalle con nosotros y ha tenido a bien prorrogar por otros tres meses más el plan de respuesta a la guerra de Ucrania. También debemos dar las gracias a la OPEP, que ha decidido aumentar 648.00 barriles diarios la producción de petróleo

Ya llegó oficialmente el verano y dentro de nada las vacaciones, que visto como fueron las de la pasada Semana Santa, todo apunta a que este verano los desplazamientos por carretera alcanzarán las cifras anteriores al Covid.  Menos mal que el Gobierno ha tenido un detalle con nosotros y ha tenido a bien prorrogar por otros tres meses más el plan de respuesta a la guerra de Ucrania cuyas medidas finalizaban el 30 de junio. También debemos dar las gracias a la OPEP, que ha decidido aumentar 648.00 barriles diarios la producción de petróleo con lo cual, al aumentar la oferta, el precio del petróleo bajará, lo que sumado a los 20 céntimos de descuento del gobierno, nos esperan unas vacaciones con el precio de la gasolina más barato que en Semana Santa. Desgraciadamente, eso no va  a ser así y todo apunta a que este verano vamos a tener que hacer una partida especial en nuestro presupuesto veraniego para la gasolina y es que, hay que recordar que si lo comparamos con respecto a hace un año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 48,4%, mientras que en el caso del gasóleo lo ha hecho en un 56,5% (sin tener en cuenta la bonificación vigente actualmente).

 

Este aumento de la producción de petróleo por parte de la OPEP no ha convencido al mercado  y  sólo cumple a medias con lo que se esperaba por parte de Europa, ha generado el efecto inverso dado que los futuros de petróleo retomaron las subidas

 

Para empezar, el Gobierno dejó caer que si bien iba a prorrogar el descuento, éste iba a dejar de beneficiar a toda la población como hasta ahora, excluyendo a las rentas más altas. Si ya de por sí, cuando entró en vigor este descuento fue algo caótico para las gasolineras, no queremos ni pensar qué pasaría de llevarse a cabo pues habría que ver como se implantaría y qué criterios tendría en cuenta el Gobierno para asignar ese descuento a unos si y a otros no. Eso por un lado, hay que recordar que en mayo, la inflación alcanzó el 8,7% es decir, cuatro décimas más que la registrada en abril y tres por encima de las previsiones del 8,4%, una subida que básicamente se debe al incremento del precio de la gasolina y de los alimentos. Si los descontamos, la inflación subyacente se situó en el 4,9%, cuatro décimas más que en abril. Esta subida de la inflación ha puesto de manifiesto  como el descuento de los 20 céntimos no está tenido el efecto que se esperaba y es que, a día de hoy, el precio del litro de gasolina es apenas cinco céntimos más barato que en la última semana de marzo, antes de entrar en vigor el descuento debido a las seis semanas que acumula de subida. Conclusión: estas subidas han absorbido el 75% de la ayuda y todo ello por seguir empeñado en no bajar los impuestos…

 

Menos mal que el gobierno ha tenido un detalle con nosotros y ha tenido a bien prorrogar por otros tres meses más el plan de respuesta a la guerra de Ucrania cuyas medidas finalizaban el 30 de junio. También debemos dar las gracias a la OPEP, que ha decido aumentar 648.00 barriles diarios la producción de petróleo

 

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En lo que respecta al aumento de la producción del petróleo por parte de la OPEP, que hasta hora venia aumentando su producción en 432.000 barriles diarios, era lógico pensar que el precio bajaría. Pues bien, este aumento, que no ha convencido al mercado y que sólo cumple a medias con lo que Europa esperaba, ha generado el efecto inverso dado que los futuros de petróleo retomaron las subidas. Esta tendencencia al alta se debe en parte a que se esperaba un mayor aumento de la producción para compensar la caída del petróleo ruso, a lo que hay que sumar el hecho de que la OPEP viene anunciando unos incrementos y niveles de producción que no se llevan a cabo en el tiempo acordado ni en la cantidad fijada.