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Editorial abril 2022

Editorial abril 2022

  • Hace dos años, España vio como el Gobierno de España, no sólo fue de los últimos en reaccionar ante el inicio de la pandemia, sino que además, mintió a sus ciudadanos. No ya sólo infravalorando sus consecuencias, sino también con el uso de las mascarillas y ya más tarde, con el IVA aplicable a éstas. Ahora, dos años más tarde la situación se vuelve a repetir con la crisis económica y, especialmente con el precio de la gasolina, la luz y el gas

Hace dos años, España vio como el Gobierno de España, no sólo fue de los últimos en reaccionar ante el inicio de la pandemia, sino que además, mintió a sus ciudadanos. No ya sólo infravalorando sus consecuencias, sino también con el uso de las mascarillas y ya más tarde, con el IVA aplicable a éstas. Ahora, dos años más tarde la situación se vuelve a repetir con la crisis económica y, especialmente con el precio de la gasolina, la luz y el gas.

 

La solución por la que definitivamente se decantó el gobierno fue la de otorgar una subvención de 20 céntimos por litro de carburante de la cual, el Gobierno subvenciona 15 céntimos y las petroleras un mínimo de 5 adicionales, que entró en vigor el día 1 de abril, subvención que durará en principio hasta el 30 de junio y que tendrá un impacto presupuestario que se estima será de 1.423 millones de euros

 

Así, mientras que ya a mediados de marzo, muchos países europeos como Alemania, Francia, Portugal o Italia habían tomado medidas para afrontar la crisis energética, en el caso de España, el Gobierno optó por prolongar la situación hasta el 29 de marzo como fecha para poner en marcha las medidas contra el aumento generalizado de los precios con la excusa de esperar a la celebración del Consejo Europeo que tuvo lugar los días 24 y 25 de marzo, donde esperaba convencer al resto de los países de la posibilidad de desvincular el precio del gas del de la energía, cosa que no sucedió. Mientras tanto, en España seguíamos sufriendo una huelga de transportes motivada precisamente por el elevado precio de los carburantes (recordemos que más de la mitad del precio de los combustibles son impuestos, con lo que el poder de reducir el precio de los mismos está en manos del gobierno) y el resto de los ciudadanos hemos seguido poniendo gasolina y, por tanto, engordando las cuentas del Estado a base de la recaudación por IVA.

 

Por si todo esto fuese poco, el pasado 21 de marzo entró en vigor la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial que además de ser más sancionadora, tiene como punto más problemático la eliminación de los 20 Km/h adicionales a la hora de adelantar, algo que sin duda es algo muy peligroso pues aumentará el tiempo en el que un coche estará circulando por el carril contrario

 

La solución por la que definitivamente se decantó el gobierno fue la de otorgar una subvención de 20 céntimos por litro de carburante de la cual, el Gobierno subvenciona 15 céntimos y las petroleras un mínimo de 5 adicionales, que entró en vigor el día 1 de abril, subvención que durará en principio hasta el 30 de junio y que tendrá un impacto presupuestario que se estima será de 1.423 millones de euros. ¿Dónde está el problema se preguntarán? Pues, para empezar, en que esa subvención la vamos a pagar todos los españoles, pero lo realmente grave es la precipitación con la que se tomó la medida, pues las 11.650 gasolineras de toda España sólo han tenido 2 días para adaptar su sistema informático para poder aplicar los descuentos aprobados por el Gobierno. Pero sin duda, el principal problema radica en el hecho de que son las gasolineras las que tienen que anticipar el descuento aplicado y es que hay que recordar que el 70% de las estaciones de servicio están en manos de autónomos y pequeños negocios, mayoritariamente de carácter familiar, que lo vienen pasando muy mal desde hace años (las ventas medias por estación se han reducido a la mitad entre 2008 y 2021) y que, por tanto, no tienen capacidad financiera. Así, si una gasolinera media vende 200.000 litros de carburantes al mes, si adelantan 20 céntimos por litro a cada consumidor, serían 40.000 euros mensuales que el autónomo tiene que poner de su bolsillo. Esto hizo que, en los primeros días de aplicación de este descuento, unas 200 gasolineras optaron por no abrir y que en el resto se formases importantes colas.

 

Hace dos años, España vio como el Gobierno de España, no sólo fue de los últimos en reaccionar ante el inicio de la pandemia, sino que además, mintió a sus ciudadanos. No ya sólo infravalorando sus consecuencias, sino también con el uso de las mascarillas y ya más tarde, con el IVA aplicable a éstas. Ahora, dos años más tarde la situación se vuelve a repetir con la crisis económica y, especialmente con el precio de la gasolina, la luz y el gas

 

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Mientras tanto, la inflación en España alcanzó en marzo el 9,8%, su nivel más alto desde 1985, un aumento de 2,2 puntos sobre la de febrero, una subida que no se registraba desde abril de 1977 y el gobierno tiene la desfachatez de echar las culpas a la guerra de Ucrania, como si esto de la inflación hubiese surgido de la noche al día o es que ya no se acuerda de cuando en verano se hablaba de una inflación coyuntural y Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos dijo, y son palabras textuales “Es una situación transitoria que no conlleva una pérdida de competitividad estructural a medio plazo”.

 

Así, mientras que ya a mediados de marzo, muchos países europeos como Alemania, Francia, Portugal o Italia habían tomado medidas para afrontar la crisis energética, en el caso de España, el Gobierno optó por prolongar la situación hasta el 29 de marzo como fecha para poner en marcha las medidas contra el aumento generalizado de los precios con la excusa de esperar a la celebración del Consejo Europeo que tuvo lugar los días 24 y 25 de marzo

 

Por si todo esto fuese poco, el pasado 21 de marzo entró en vigor la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial que además de ser más sancionadora, tiene como punto más problemático la eliminación de los 20 Km/h adicionales a la hora de adelantar, algo que sin duda es algo muy peligroso pues aumentará el tiempo en el que un coche estará circulando por el carril contrario. Pere Navarro, director de la DGT justificaba de esta manera esta medida: “En ningún país de nuestro entorno existe este margen de los 20 km/h en carretera. Disponer de él incita a adelantar, que es una maniobra de mucho riesgo que puede dar lugar a colisiones frontales. En 2019, estas mataron a 239 personas. Y sí eliminarlo puede favorecer en el futuro la instalación de más radares de tramo, más justos que los que están en un solo punto”, claro que qué se puede esperar de una persona que ya dijo “comprar un coche que puede ir a más de 200 km/h solo te llevará a la cárcel”.