Ahora, que tras dos años de pandemia y cuando todo parecía indicar que se comenzaba a ver la luz al final del túnel, se confirmaron los peores presagios y Europa está de nuevo en guerra tras la invasión totalmente injustificada de Ucrania por parte de Rusia. Además de las trágicas muertes que está provocando y de la destrucción que trae consigo una guerra, está provocando una fuerte subida del precio del petróleo, que llegó al alcanzar los 120 dólares por barril, cifra que no se alcanzaba desde 2014, una subida que además viene motivada por las sanciones impuestas por Europa y por la decisión de muchas compañías de no comprar producción rusa, lo que supone la pérdida de entre 3 y 4 millones de barriles al día de la producción de petróleo ruso.
Ante esta situación, ha tenido que ser la patronal de estaciones de servicio CEEES la que haya pedido rebajar de manera temporal como ya sucede con la electricidad, el IVA de los carburantes del 21% al 10%, recomendación que obviamente el Gobierno hará oídos sordos (recordamos además como nos mintió por activa y por pasiva con el IVA de las mascarillas)
Mientras tanto, en España (lo de Ucrania puede sonar a muchos que está muy lejos y que nos toca), el precio de la gasolina y del gasóleo ha alcanzado nuevos récords históricos, encadenado esta semana su novena subida consecutiva y así, en el caso del diésel, que acumula ya una subida del 11% en lo que va año, el precio medio del litro se ha situado en los 1,496€, mientras que la gasolina ha repuntado un 8,7%, situándose el precio medio del litro en 1,608€. A todo esto, la inflación, eso que hasta hace poco el Gobierno decía que era estacional, aumentó un 1,2% en febrero, situándose en el 7,4% anual, el nivel más alto desde julio de 1989 en gran parte debido al precio de la gasolina, una subida que, obviamente, junto con la subida del precio de la electricidad, se ha trasladado al resto de productos, lo que se traduce en una subida de precios y por tanto, de la inflacción subyacente, la que no tiene en cuenta el precio de los productos energéticos ni de los alimentos frescos por ser los más volátiles, que se ha situado en febrero en el 3%.
Por cierto, por si todo esto no fuese suficiente, el Consejo de Ministros ha dado luz verde el anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible que abre la puerta al pago por circular por el centro de las grandes ciudades bajo el amparo de la nueva Ley de Cambio Climático
Hay que recordar que, pese a estas subidas, el comité de expertos para la reforma fiscal tiene previsto introducir un “impuestazo” con el que igualar la fiscalidad del diésel a la de la gasolina, lo que supo0ndría un incremento de 11,5 céntimos en el precio del diésel, pues a los 9,4 céntimos de diferencia entre el Impuesto Especial de uno y otro carburante, hay que sumarle el IVA, impuesto del que el principal beneficiario de las subidas de precio es el Gobierno, pues suponen una mayor recaudación por IVA. Por si esto fuese poco, este comité de expertos también recomienda una subida general de la fiscalidad de hidrocarburos basado en la llamada “fiscalidad medioambiental”, lo que supondría un incremento del 15,47% en el precio de la gasolina y del 29,19% en el del gasóleo. Ante esta situación, ha tenido que ser la patronal de estaciones de servicio CEEES la que haya pedido rebajar de manera temporal como ya sucede con la electricidad, el IVA de los carburantes del 21% al 10%, recomendación que obviamente el Gobierno hará oídos sordos (recordamos además como nos mintió por activa y por pasiva con el IVA de las mascarillas). Además, la CEEES recuerda que en el sector de los carburantes se practica la doble imposición, pues el IVA se calcula sobre la suma de precio sin impuestos más Impuesto Especial, con lo que la Administración cobra un impuesto sobre un impuesto.
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Mientras tanto, en España (lo de Ucrania puede sonar a muchos que está muy lejos y que nos toca), el precio de la gasolina y del gasóleo ha alcanzado nuevos récords históricos, encadenado esta semana su novena subida consecutiva
Por cierto, por si todo esto no fuese suficiente, el Consejo de Ministros ha dado luz verde el anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible que abre la puerta al pago por circular por el centro de las grandes ciudades bajo el amparo de la nueva Ley de Cambio Climático, que establece que, antes de que acabe el año, todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes y aquellas que muestran insuficiente calidad del aire tendrán que crear zonas de bajas emisiones (ZBE) y con esta medida se pretende limitar más el acceso de los vehículos privados a motor.