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Prueba Lexus LBX: pequeño gran lujo asiático

Prueba Lexus LBX: pequeño gran lujo asiático

  • Por Rafael Cerro
  • El sello pata negra de Toyota vende orgulloso el Lexus LBX automático como el coche más pequeño de su gama… y como uno de sus más grandes automóviles. Un auto del segmento B que contiene todas las esencias del tarro de la ingeniería, empezando por la que de verdad debería importarnos: la seguridad, especialmente la electrónica

Así, Lexus ha incorporado a su gama lo que podríamos llamar un B-SUV. Traduciendo, la B quiere decir un vehículo del segundo segmento más pequeño del mercado y el acróstico Sport Utility Vehicle se desarrolla así: un auto con forma de gota y más espacio de carga para una longitud dada.  Estén de moda o no, los SUV molan. La Academia dice que molar es gustar o encantar con algo estupendo. Esta segunda característica está sujeta a la moda (pocas marcas se permiten ya no comercializar SUV), pero la ventaja del espacio es innegable, es una razón técnica y no estética para comprar. La auténtica rara avis es esta: un coche del tamaño del segmento B, pero con la etiqueta ecológica ECO y con un motor híbrido reduciendo nuestros consumos. En autopista menos, en ciudad mucho. Posibilidad de elegir la tracción total.

 

El resultado es un todocamino compacto con el que entiendo que la marca Lexus intenta sondear el mercado y atraer a nuevos compradores. Y no creo que estos tengan que ser exclusivamente jóvenes. De esta forma, el nuevo modelo adopta ideas contemporáneas en diseño y tecnología, al tiempo que mantiene las cualidades distintivas de Lexus

 

Con sus 4,19 metros de longitud, 1,83 de anchura y 1,55 de altura, este es el Lexus más pequeño

Además, el coche es realmente impresionante en colores como el amarillo y la posición de conducción es muy cómoda, lo que no quiere decir que las otras cuatro no lo sean. El LBX está diseñado para ser mejor y también más confortable y seguro, aunque no para transitar por campo. Su aspecto parece indicar que sí, pero el coche no se ha inventado para eso, aunque es justo decir que cuando nos enfrentamos con caminos de baja dificultad también se mueve como pez en el agua. El sistema de Toyota busca tracción dirigiendo hasta el 60 por ciento del par al eje trasero al arrancar y al acelerar. Por supuesto, al empujar tanto el coche desde detrás técnicamente estamos hablando de propulsión. Durante la conducción normal, el LBX funciona con la potencia en el eje delantero y entonces hablamos de tracción, porque el coche tira. Pero la magia del invento está en que, si el ordenador detecta un agarre insuficiente, se activa automáticamente el modo 4×4Todos los que se dedican a la seguridad vial saben que lo más seguro no es ni la tracción delantera ni la trasera, sino la total.

 

Todo en el LBX fue diseñado y fabricado para ser agradable, para funcionar y para no chirriar. Una marca premium se lo juega todo con eso: no puede permitirse defraudar. En marcha, encontramos buen espacio en las plazas delanteras, pero menos hueco para las piernas que en el Toyota Yaris en las de detrás

 

Pero el pequeño LBX no es un Toyota Yaris Cross. Por ejemplo, los materiales son otros, el vehículo es claramente un ‘premium’

Pronto descubrimos que el auto responde a lo que anuncia su nombre, Lexus Breakthrough Crossover, algo así como “Crossover innovador de Lexus”. Una de las innovaciones ha consistido en que la marca no ha diseñado un coche enorme. De hecho, este es el Lexus más pequeño con sus 4,19 metros de longitud, 1,83 de anchura y 1,55 de altura. Obviamente, si vamos a hacer mucho desplazamiento en ciudad el tamaño sí importaPero el pequeño LBX no es un Toyota Yaris Cross. Por ejemplo, los materiales son otros, el vehículo es claramente un ‘premium’ o una pieza de distinción y hasta mide dos centímetros más de distancia entre ejes que el Yaris de la casa matriz. A su manera, el Lexus rompe con la costumbre del lujo más tradicional precisamente porque, aunque sus acabados, ensamblajes y materiales son de lo mejor, ha decidido no crecer físicamente. 4 metros 19 centímetros son suficientes y ayudan a encontrar aparcamiento.

 

Lexus ha incorporado a su gama lo que podríamos llamar un B-SUV. Traduciendo, la B quiere decir un vehículo del segundo segmento más pequeño del mercado y el acróstico Sport Utility Vehicle. Un coche del tamaño del segmento B, pero con la etiqueta ecológica ECO y con un motor híbrido reduciendo nuestros consumos. En autopista menos, en ciudad mucho

 

El motor de combustión es de 91 CV, mientras que el eléctrico es de 94 CV, con lo que la potencia total combinada es de 136 caballos

El resultado es un todocamino compacto con el que entiendo que la marca Lexus intenta sondear el mercado y atraer a nuevos compradores. Y no creo que estos tengan que ser exclusivamente jóvenes. De esta forma, el nuevo modelo adopta ideas contemporáneas en diseño y tecnología, al tiempo que mantiene las cualidades distintivas de Lexus. El motor de un litro y medio de cubicaje, tres cilindros y 91 caballos, trabaja ayudado por uno eléctrico de 94 (este es el sistema híbrido de cuarta generación de Toyota). Con este, cuidamos también el consumo y las emisiones. La potencia total se considera de 136 caballos, que están encargados de mover 1.280 kilos. Además, nos garantiza dos cosas: la etiqueta ECO con sus ventajas ciudadanas y fiscales y las décadas de experiencia pionera en investigación en híbridos que atesora el fabricante Toyota. El eléctrico va alojado en el eje trasero y funciona por debajo de 70 km/h. La batería es de 1 kW, por lo que la autonomía eléctrica del automóvil circulando el ciento por ciento del tiempo en eléctrico es mínima. Hay un botón para seleccionar la potencia exclusivamente eléctrica, pero durante poco recorrido. Hemos pasado una semana entera con el coche y hemos medido un consumo de 3,3 litros cada 100 kilómetros en ciudad. En autopista, sin forzar, medimos poco más de cinco litros. El consumo homologado según las normas WLTP es de 4,6 l/100 km. Para conseguir estos buenos consumos hay que esforzarse y también hay que entender la palanca de cambios, con dos posiciones: la normal (D) y la deportiva (S).

 

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El LBX está diseñado para ser mejor y también más confortable y seguro, aunque no para transitar por campo. Su aspecto parece indicar que sí, pero el coche no se ha inventado para eso, aunque es justo decir que cuando nos enfrentamos con caminos de baja dificultad también se mueve como pez en el agua

 

La batería es de 1 kW, por lo que la autonomía eléctrica circulando el 100% del tiempo en eléctrico es mínima

Dentro, estarás como en casa. El equipo musical de 13 altavoces de calidad se disfruta de verdad. Las suspensiones están en un punto equilibrado entre dureza y comodidad, parecen diseñadas para contentar a todo el mundo. Todo en el LBX fue diseñado y fabricado para ser agradable, para funcionar y para no chirriar. Una marca premium se lo juega todo con eso: no puede permitirse defraudar. En marcha, encontramos buen espacio en las plazas delanteras, pero menos hueco para las piernas que en el Toyota Yaris en las de detrás. Ahí hay un eje rígido y, en las suspensiones delanteras, un sistema McPherson. Hablando de capacidades, el maletero solamente ofrece 332 litros que en caso de optar por un 4×4 se quedan en 284. En cuanto a la parte delantera, la tarjeta de presentación del coche es una parrilla trapezoidal muy grande con la que el coche parece querer aspirar el mundo entero. Personalidad. Todos repararán en que llegas en un Lexus.

 

A su manera, el Lexus rompe con la costumbre del lujo más tradicional precisamente porque, aunque sus acabados, ensamblajes y materiales son de lo mejor, ha decidido no crecer físicamente. 4 metros 19 centímetros son suficientes y ayudan a encontrar aparcamiento

 

Todo en el LBX fue diseñado y fabricado para ser agradable, para funcionar y para no chirriar