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Peugeot E-2008 GT 156 CV, un SUV eléctrico sólido y bien equipado

Peugeot E-2008 GT 156 CV, un SUV eléctrico sólido y bien equipado

  • Por Rafael Cerro
  • El acuerdo es sencillo: si está usted dispuesto a pagar algo más, unos 45.000 euros, el 2008 le da bastante más. Aparte, está el plan Moves; si optamos a él, conseguiríamos 7.000 euros de ahorro. Lo primero que el coche le da a usted es sinceridad, porque los 400 kilómetros de autonomía que ofrece para su motor de 136 CV y su batería de 54 kWh brutos son reales. Como siempre, mi obligación es contarles la película completa.
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He tenido que ser muy cuidadoso con el acelerador para llegar a hacer con una carga 418 kilómetros: ir muy tranquilo y aprovechando siempre las inercias de las retenciones con la electrónica en configuración ECO y el cambio automático en la posición B. No hay tras el volante un sistema de levas que activen diferentes modos e intensidades de recuperación de la energía, pero esa posición B de recarga es muy eficaz. Especialmente, en ciudad. Ya saben que un eléctrico no emite gases durante el rodaje, pero cuando producimos la electricidad necesaria para cargarlos sí que contaminamos… aunque menos de la mitad de lo que nos costaría mover un coche de gasolina. También saben que si aceleramos mucho o vamos pegados al coche de delante teniendo que frenar cada vez que lo hace él, la autonomía cae. Y otra cosa: yo solo compraría uno de estos coches si tuviera poste de recarga propio en casa o en el trabajo.

 

Los acabados son los habituales en Peugeot, muy por encima de la media, y la sensación a bordo es de satisfacción: vamos pensando que circulamos en un cochazo. El carácter GT se manifiesta en forma de deportividad en una máquina que corre mucho para pesar 1.623 kilos

 

Ofrece mucha capacidad para la familia, teniendo en cuenta que su longitud es de 4,30 metros, 25  centímetros más que la de un 208.

Esta versión alta llamada GT incorpora de serie una cámara trasera para que no estropeemos el coche aparcando, un tapizado negro de calidad, climatizador automático, cristales oscurecidos y un cargador inalámbrico sobre el que colocar el teléfono. A partir de aquí, todo son ventajas en el 2008, que como casi todos los SUV está hinchado hasta tener la forma de una gota de agua y ofrecer mucha capacidad para la familia teniendo en cuenta que su longitud es de 4,30 metros, 25  centímetros más que la de un 208. En cuanto anochece, huelga decir que está lleno de faros que le dan a su morro el aspecto impresionante de verticalidad de un edificio. Para rematar la renovación estética, los pilotos se han transformado en rayas luminosas horizontales y los faros delanteros son ahora tres tiras verticales. Todo muy del estilo “Estoy orgulloso de pertenecer a la marca Peugeot”. La parrilla delantera se parece a las de los coches con motor de explosión (un eléctrico no se calienta y le basta con tener delante una superficie lisa, al estilo de Tesla), lo que remata una estética muy rompedora. Por supuesto, la parrilla no está para que el aire fresco circule y ventile el motor, sino que es un elemento estético más. Garra del león.

 

He tenido que ser muy cuidadoso con el acelerador para llegar a hacer con una carga 418 kilómetros: ir muy tranquilo y aprovechando siempre las inercias de las retenciones con la electrónica en configuración ECO y el cambio automático en la posición B

 

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Para rematar la renovación estética, los pilotos se han transformado en rayas luminosas horizontales y los faros delanteros son ahora tres tiras verticales

Los acabados son los habituales en Peugeot, muy por encima de la media, y la sensación a bordo es de satisfacción: vamos pensando que circulamos en un cochazo. El carácter GT se manifiesta en forma de deportividad en una máquina que corre mucho para pesar 1.623 kilos. Mi recarga más larga en corriente alterna, a la que llegué con un veinte por ciento de carga restante, duró algo menos de cinco horas. Utilizar la calefacción o el aire acondicionado reduce la autonomía menos de lo habitual, este apartado está bastante logrado.Un coche muy completo con una autonomía más que razonable si conducimos mentalizados y con cinco plazas, pero no apto para situar detrás a tres adultos muy voluminosos. En cuanto a la estética, el volante es achatado por los polos y bastante más pequeño que el de otros coches. La sensación es de deportividad, casi de Scalextric, muy agradable si de verdad nos gustan los coches con ese carácter. Hay dos pantallas (una el cuadro de mandos habitual y otra en el centro) y muchas de las funciones del coche están en la consola central. A veces le parecen a uno demasiadas, pero es cierto que la mayoría de las veces es posible ejecutarlas sin levantar la vista del asfalto porque las regulan mandos físicos, con relieve y tacto de los de toda la vida.

 

En cuanto anochece, huelga decir que está lleno de faros que le dan a su morro el aspecto impresionante de verticalidad de un edificio. Para rematar la renovación estética, los pilotos se han transformado en rayas luminosas horizontales y los faros delanteros son ahora tres tiras verticales. Todo muy del estilo “Estoy orgulloso de pertenecer a la marca Peugeot

 

Los acabados son los habituales en Peugeot, muy por encima de la media, y la sensación a bordo es de satisfacción