Nissan no renuncia a plantarle cara a Toyota en el diseño y fabricación de híbridos, pero no se dedica a copiar sino a innovar. Tiene dos motores microhíbridos diferentes de cuatro cilindros. Ambos albergan 1.333 centímetros cúbicos, uno de ellos para erogar 140 caballos y otro para desarrollar 158. En esta ocasión hemos probado algo superior: el híbrido grande lleva un motor de explosión tricilíndrico de 1.500 centímetros cúbicos y 190 caballos con etiqueta ECO. Y con e-Power.
Como resumen, el Qashqai e-Power de 190 caballos es un coche que consume algo más de lo que esperábamos, que exhibe prestaciones correctas y que añade todo esto a su lista de virtudes en el acabado que probamos, el Tekna +, el más completo
Para no dar nada por sabido, seguiremos fieles a nuestra tradición de explicar. Este coche tiene una particularidad que en Nissan han llamado e-Power y que es la que consigue que la Administración le otorgue la citada etiqueta ecológica: hay un motor que quema gasolina… pero este no mueve directamente las ruedas ni el coche. Lo que hace es cargar la pequeña batería necesaria para que otro motor, este eléctrico impulse el automóvil. El propulsor de explosión recarga, pero nunca empuja ni mueve directamente las ruedas. Un ingeniero nos diría que el motor tricilíndrico de 1,5 litros es, técnicamente, un extensor de autonomía de la batería. Un generador de kilowatios. Otra particularidad: la capacidad de la batería, solamente de 2,1 kWh. Esto no representa la menor complicación para el conductor, pues el automóvil lo hace prácticamente todo solo. Lo que sí decidimos a nuestro albedrío es si apretar una tecla llamada EV que ordena que el coche funcione solamente en eléctrico. El Qashqai podrá circular así unos cinco kilómetros si somos muy moderados con el pedal del acelerador. Si pisamos demasiado y requerimos mucha aceleración, el Nissan volverá a poner en marcha el motor de carburante para cargar la pequeña batería. Entonces, el auto nos ofrecerá aquello a lo que estamos acostumbrados: dos buenas plazas delanteras; tres plazas traseras, dos más amplias y la central más pequeña; y una gran suavidad y comodidad de marcha.
Este coche tiene una particularidad que en Nissan han llamado e-Power y que es la que consigue que la Administración le otorgue la citada etiqueta ecológica: hay un motor que quema gasolina… pero este no mueve directamente las ruedas ni el coche. Lo que hace es cargar la pequeña batería necesaria para que otro motor, este eléctrico impulse el automóvil
Y todavía hay otras dos cosas que influyen en el consumo y que sí dependen del conductor del Qashquai, como son la elección de modo y la opción (desconectable) e-Pedal. Esta última hace que, cuando levantamos el pie derecho, en lugar de decelerar suavemente frenemos algo más bruscamente… y carguemos electricidad. El milagro está en que, al decelerar, convertimos la energía de la inercia del automóvil en electricidad que utilizaremos después y que aumentará nuestra autonomía. Esto es importante en un híbrido que durante nuestra prueba mixta de carretera y ciudad consumió 8,2 litros cada 100 kilómetros. Obviamente, aprovechar esta posibilidad requiere respetar la distancia delantera de seguridad. Así, si el automovilista que nos precede frena, podemos decelerar recuperando… sencillamente levantando el pie derecho. En cuanto pisemos el freno, desaprovecharemos energía. Y nuestra otra función discrecional es la que les decía: el modo de conducción. Pocas veces nos arrepentiremos de haber elegido el modo Eco.
Nissan no renuncia a plantarle cara a Toyota en el diseño y fabricación de híbridos, pero no se dedica a copiar sino a innovar. Tiene dos motores microhíbridos diferentes de cuatro cilindros. Ambos albergan 1.333 centímetros cúbicos, uno de ellos para erogar 140 caballos y otro para desarrollar 158. En esta ocasión hemos probado algo superior: el híbrido grande lleva un motor de explosión tricilíndrico de 1.500 centímetros cúbicos y 190 caballos con etiqueta ECO
Como resumen, el Qashqai e-Power de 190 caballos es un coche que consume algo más de lo que esperábamos, que exhibe prestaciones correctas y que añade todo esto a su lista de virtudes en el acabado que probamos, el Tekna +, el más completo. Incluye un equipo de sonido con 10 altavoces (y, además de calidad Bose), una comodidad más que notable (una especie de bien intangible), una electrónica que no hace necesario que conectemos el teléfono para utilizar su navegador y un interesante maletero de 479 litros. Y algo que valoraremos mucho durante el uso en familia: dos puertas traseras que se abren hasta 90 grados. El equipamiento, notable. Los acabados y materiales, también. El consumo hace mucho más aconsejable la compra de este coche si vamos a recorrer bastante trayecto por ciudad, porque pisando en carretera el Qashqai bebe más. Como decíamos, disfrutaremos de una etiqueta ECO y viajaremos siempre protegidos por las últimas delicatessen de la seguridad vial generadas por la tecnología del siglo XXI. Y, con el acabado Tekna +, veremos el mundo desde el coche a través de un sistema de cámaras de 360 grados.
Y todavía hay otras dos cosas que influyen en el consumo y que sí dependen del conductor del Qashquai, como son la elección de modo y la opción (desconectable) e-Pedal. Esta última hace que, cuando levantamos el pie derecho, en lugar de decelerar suavemente frenemos algo más bruscamente… y carguemos electricidad
