Los llamados ‘crossovers’ (hoy no tiene valor real nada que no se diga en inglés) vienen a ser una mezcla entre los todoterreno y los vehículos compactos. El padre Feijoo coches crossover nacen del cruce entre dos tipos de vehículos y la masa, como su nombre indica, actúa según impulsos masivos. De manera que lo que más se vende aquí es lo citado: los Sport Utility Vehicles y los crossovers. Los podemos considerar un híbrido entre los turismos compactos y los todoterreno. Con aire aventurero y algunas modificaciones, cada vez tienen más auge en el mercado y son la principal alternativa a los SUV. La X de XCeed es precisamente la que indica crossover. Las letras PHEV significan híbrido enchufable. Es decir: un vehículo que tiene etiqueta ecológica 0 porque puede viajar decenas de kilómetros solamente con electricidad pero que, cuando lo necesitamos, se pone a quemar gasolina multiplicando por mucho nuestra autonomía. Pero dejemos los trabalenguas.
El motor de combustible es un 1.600 centímetros cúbicos de 105 caballos que no se queda corto porque se asocia a otro eléctrico de 61 y a una caja de cambios automática de seis velocidades. Una fórmula física determina que la potencia total es de 141 CV (que no se calculan con una suma lineal)
En los programas de radio del motor oímos a prácticamente todos los políticos pretender que compremos un eléctrico (y que lo hagamos hoy mismo), pero a muy pocos que optemos por esto del coche de dos motores: eléctrico y de combustible. Conmigo a los mandos, el XCeed PHEV recorrió 41 kilómetros sin gastar una gota. (48 en una gama más baja que viene con otras llantas diferentes, pero hoy estamos probando el acabado tope, el Emotion. Que cuesta unos 40.000 euros (o menos, si negociamos mejor). Por cierto, esto es aplicable a cualquier PHEV de cualquier marca: cuando la batería se agota, podemos seguir disfrutando de las ventajas de la etiqueta 0 en ciudad aunque emitamos humo y carbono. Lo único que necesitamos para tener la etiqueta mágica que, en Madrid, permite aparcar gratis en verde y en azul… es demostrar que el motor eléctrico puede movernos durante más de 40 kilómetros. En resumen: la idea sigue siendo la misma: un PHEV suele ser algo más caro, pero hablando en términos de ingeniería nos ofrece dos vehículos: un coche para ir y volver de trabajar en eléctrico y para viajar los fines de semana gastando gasolina.
Me ha dado un poco de pena devolverlo: pensaba que estábamos ante un coche que sirve para muchas cosas y se defiende en carretera aunque fue diseñado para la circulación urbana. Lo definen dos cosas más: sus 4,4 metros de longitud y, por supuesto, el sistema híbrido enchufable que, en retenciones, le permite circular muy a gusto solamente con electricidad
El motor de combustible es un 1.600 centímetros cúbicos de 105 caballos que no se queda corto porque se asocia a otro eléctrico de 61 y a una caja de cambios automática de seis velocidades. Una fórmula física determina que la potencia total es de 141 CV (que no se calculan con una suma lineal). En modo híbrido, el gasto de gasolina se puede dejar en cinco litros pelados si se sabe conducir con mesura. Vamos con algunos intangibles: el coche es fresco, divertido, bastante cómodo de utilizar y… joven. El conductor circula tan cómodo como los pasajeros, excepción hecha quizá del del asiento trasero central. Otro valor etéreo es eso que llamamos suavidad de funcionamiento y el coche nos hace la vida un poco más feliz con ella. El KIA XCeed híbrido enchufable no es un coche de carreras ni pensado para hacer grandes alardes de prestaciones, pero se mueve con agilidad gracias a sus dos motores. Agilidad, y no carácter fulgurante es lo que muestra su agilicad medida desde parado hasta 100 kilómetros por hora: once segundos. La velocidad máxima es de 160 kilómetros por hora.
Conmigo a los mandos, el XCeed PHEV recorrió 41 kilómetros sin gastar una gota. (48 en una gama más baja que viene con otras llantas diferentes, pero hoy estamos probando el acabado tope, el Emotion. Que cuesta unos 40.000 euros (o menos, si negociamos mejor)
Me ha dado un poco de pena devolverlo: pensaba que estábamos ante un coche que sirve para muchas cosas y se defiende en carretera aunque fue diseñado para la circulación urbana. Lo definen dos cosas más: sus 4,4 metros de longitud y, por supuesto, el sistema híbrido enchufable que, en retenciones, le permite circular muy a gusto solamente con electricidad. El coste por kilómetro es decididamente bajo. Prefiero terminar diciendo algo que a unos pocos puede parecerles obvio pero a otros les será muy útil: si usted compra un híbrido enchufable lo compra para enchufarlo siempre que pueda. Así contaminará menos y conseguirá desplazarse ahorrando más. Si se va a cansar de la novedad y va a circular siempre con la gasolina, habrá perdido el tiempo y no habrá renovado su vehículo mirando al futuro, que es la electricidad. Además de que cargará para nada con una batería extra de casi nueve kilos… con el incremento de consumo que eso lleva aparejado. Y una cosa más: no compre un Plug In Hybrid Electric Vehicle si no dispone de un punto de recarga. Bastantes marcas los regalan.