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Dacia Spring, el eléctrico que sí podrías comprar

Dacia Spring, el eléctrico que sí podrías comprar

  • Por Rafael Cerro
  • Un secreto a voces: Hyundai es una de las pocas marcas para las que no hay crisis de ventas. Todo va viento en popa. La marca nos ha desconcertado tantas veces con sus estrategias, sus apuestas arriesgadas y sus estéticas llamativas que, en ocasiones, no acabamos de enterarnos de dónde se sitúa. Hoy no me parece un fabricante de bajo coste. Me refiero al anglicismo low cost, que tanto les gusta repetir a esos cursis que le llaman fitting room al vestuario. O que creen que van más deprisa si hacen jogging o running que si, sencillamente, corren.
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Estoy estupefacto con la decisión de la Unión Europea de que, a partir de 2035, solo se vendan automóviles nuevos que sean eléctricos. La intención de la norma es buena pero, si se cumple, ¿qué harán las familias que no puedan comprar un eléctrico? Observar cómo el coche familiar se vuelve cada vez más obsoleto… y más peligroso. Porque los eléctricos son carísimos para el conductor medio de aquí. Cada vez que, con el pequeño Dacia eléctrico, te cruzas con algún enterado… este empieza a buscarle carencias o lujos que le faltan y te pregunta cómo vas a apañarte con una autonomía de 190 kilómetros. En realidad, le he sacado hasta 239 kilómetros al Spring, si bien es cierto que soy un conductor entrenado que se dedica a esto y practica una conducción constante de recuperación de energía y aumento de la autonomía. Una técnica de conducción que todos tendríamos que aprender. Sin hacerlo, no merece la pena comprar un eléctrico porque la autonomía se reduce drásticamente. Básicamente, hay que aprovechar las recuperaciones y renunciar a prestaciones fulgurantes. Lo cuento para insistir siempre en esto: si compra un eléctrico, asesórese. Y compre solamente si tiene poste propio de recarga o, después, todo será engorro y sufrimiento. Pero me ha ocurrido más: el Spring ha sido el coche de 2023 que me ha hecho más feliz, lo que no está mal teniendo en cuenta que pruebo unos cincuenta autos al año. Intentaré razonar por qué.

 

El automóvil eléctrico más barato que hay ahora mismo en el mercado deriva del K-ZE, un coche para el mercado chino. Ambos autos (que básicamente son el mismo) se fabrican en las mismas cadenas de montaje. Por cierto: la verdad es que incluye una serie de elementos más que suficientes para satisfacer casi todas las necesidades que puedas tener a la hora de conducir. Es más espartano que otros, pero es un auto moderno para conductores del siglo XXI

 

 

Prescindir de lujos ha obrado el milagro: un coche eléctrico que muchas más familias podrán comprar

El constructor se ha vuelto orgulloso de su marca y el Spring luce ahora un gran logo sobre el morro y la palabra Dacia en la parte trasera. En el interior, y para mantener el precio citado, el fabricante ha prescindido prácticamente de cualquier cosa que pudiera considerarse un lujo. Por ejemplo, los elevalunas no son automáticos (hay que mantener el botón apretado) y la rueda del cambio no incluye una posición con la P de aparcamiento. Solamente hay punto muerto, marcha adelante y marcha atrás. De modo que, para estacionar el coche, uno selecciona el punto muerto y acciona el freno de mano. Prescindir de lujos ha obrado el milagro: un coche que muchas más familias podrán comprar. Tu vecino enterado insistirá en que otros eléctricos tienen más autonomía… y tú contestarás que eso es jugar en otra liga: que no cuestan trece mil euros, sino sesenta mil. Que ambos elementos no son comparables: que el pequeño Dacia es otra cosa.

 

Estoy estupefacto con la decisión de la Unión Europea de que, a partir de 2035, solo se vendan automóviles nuevos que sean eléctricos. La intención de la norma es buena pero, si se cumple, ¿qué harán las familias que no puedan comprar un eléctrico? Observar cómo el coche familiar se vuelve cada vez más obsoleto… y más peligroso. Porque los eléctricos son carísimos para el conductor medio de aquí. Cada vez que, con el pequeño Dacia eléctrico, te cruzas con algún enterado… este empieza a buscarle carencias o lujos que le faltan y te pregunta cómo vas a apañarte con una autonomía de 190 kilómetros

 

El Spring cuenta con una batería de 26,8 kWh que,  recupera hasta un 80%  en menos de una hora en un punto de carga rápida

¿Cómo ha vencido a Goliat este pequeñín? Pues su pedrada en la cabeza del gigante ha sido una estrategia de control de costes increíblemente efectiva que le permite salir al mercado por una cantidad realmente contenida. No se puede regular la profundidad del volante, ni tampoco su altura ni la del asiento. Las prestaciones no son las de un coche de carreras, pero el coche se maneja bien ahora con sus 65 caballos. Si le das tiempo de lanzamiento, el coche superará los 115 kilómetros por hora. Sin olvidar que el terreno del Spring es, indudablemente, la ciudad. Que en ella lucirá sus dimensiones: 3,73 metros de largo y 1,57 de ancho. O sea: que es más estrecho que un Smart Fortwo. La urbe hará que no sintamos la falta de prestaciones que sufriríamos en una autopista y también aumentará la autonomía, porque el coche recarga en las recuperaciones. O sea: que en ciudad siempre tendremos más kilómetros por delante que en carretera. Sin olvidar que el Spring puede aparcar gratuitamente en cualquier zona verde o azul porque lleva una etiqueta cero. O que no emite carbono al circular.

 

El constructor se ha vuelto orgulloso de su marca y el Spring luce ahora un gran logo sobre el morro y la palabra Dacia en la parte trasera. En el interior, y para mantener el precio citado, el fabricante ha prescindido prácticamente de cualquier cosa que pudiera considerarse un lujo. Por ejemplo, los elevalunas no son automáticos (hay que mantener el botón apretado) y la rueda del cambio no incluye una posición con la P de aparcamiento. Solamente hay punto muerto, marcha adelante y marcha atrás

 

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Su habitáculo tiene capacidad para 4 ocupantes y un maletero con 270 litros de capacidad

El automóvil eléctrico más barato que hay ahora mismo en el mercado deriva del K-ZE, un coche para el mercado chino. Ambos autos (que básicamente son el mismo) se fabrican en las mismas cadenas de montaje. Por cierto: la verdad es que incluye una serie de elementos más que suficientes para satisfacer casi todas las necesidades que puedas tener a la hora de conducir. Es más espartano que otros, pero es un auto moderno para conductores del siglo XXI. El Spring tiene cuatro plazas y alcanza los ciento veinte kilómetros por hora. Lleva un cierto aderezo de juventud y alegría, de manera que apetece cogerlo por la ciudad. Es el Dacia más pequeño, pero también el más llamativo y espectacular. Por encima de todo, es fresco. En la consola central lleva una pantalla táctil de siete pulgadas. No podrás utilizarlo en viajes largos, pero sí ser feliz con él en la ciudad y aparcar en las zonas especiales. Tiene una buena capacidad de maletero, 270 litros, y una rueda de repuesto como las demás escondida bajo el piso del mismo.

 

 ¿Cómo ha vencido a Goliat este pequeñín? Pues su pedrada en la cabeza del gigante ha sido una estrategia de control de costes increíblemente efectiva que le permite salir al mercado por una cantidad realmente contenida. No se puede regular la profundidad del volante, ni tampoco su altura ni la del asiento. Las prestaciones no son las de un coche de carreras, pero el coche se maneja bien ahora con sus 65 caballos

 

El Spring no renuncia a una pantalla táctil de 7″ para el sistema multimedia compatible con Apple CarPlay y Android Auto, así como a  un cuadro de instrumentos parcialmente digital con una pantalla de 3,5″