Con más de 8.000.000 de unidades a lo largo de tres décadas, el Renault 4L es sin duda uno de los modelos más importantes de Renault, un modelo que fue un auténtico laboratorio de soluciones innovadoras puestas de forma asequible a disposición del gran público. Su habitabilidad y modularidad avanzadas a su época, su mítica fiabilidad mecánica y su bajo coste de uso hacen que, 60 años después de su presentación, el 4L siga siendo un coche inolvidable.
Producido en la planta de Valladolid, fue el referente de toda una generación de españoles que encontraron, gracias a él, la posibilidad de acceder a la “automovilidad” a un precio asequible y con una versatilidad extraordinaria
Tras 5 años de desarrollo y miles de kilómetros de ensayos en climas extremos, finalmente, el 28 de agosto de 1961 el Renault 4 era presentado en Francia, un modelo que reunía un compendio de soluciones tecnológicas innovadoras, tanto en materia de diseño, como de modularidad, tecnología mecánica y versatilidad dinámica. Así, para empezar, se trataba de una carrocería Break montada sobre un chasis tipo plataforma, muy innovador conceptualmente, basado en la excelencia de la simplicidad. Su arquitectura, con 3,6m de largo y 1,5m de alto, le permitía ofrecer un amplio habitáculo de 5 plazas, a la vez que un gran volumen de carga (hasta 480 litros). Por si esto fuese poco, el asiento trasero se abatía de manera muy rápida y sencilla, ofreciendo así, 1,45 m3 más de espacio disponible, además su puerta tipo portón, con un gran ángulo de apertura, ofrecía una accesibilidad trasera excepcional, prácticamente inédita en su época, reforzando su carácter eminentemente práctico, modular y versátil. Otra de sus novedades era que se trataba del primer modelo compacto, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en proponer motor y tracción delantera, a lo que sea añadía la suspensión independiente en el tren delantero, con todas las ventajas en términos de maniobrabilidad y precisión en la dirección que ello supone, lo que marcaría el camino a futuros modelos de Renault. Otros adelantos mecánicos que introdujo el R4 fueron sus rótulas estancas, carentes de engrase, lo que incidía en un menor coste de mantenimiento del coche o el circuito de refrigeración cerrado y hermético, que incorporaba un líquido especial capaz de soportar las más bajas temperaturas, con lo que ya no era necesario reponer anticongelante en el líquido del circuito, operación frecuentemente inoportuna y con un coste asociado. El único mantenimiento real del coche era el cambio de aceite.
El modelo comercializado en España contaba con características específicas: un motor de 845cc, que desarrollaba 30 CVque le permitía superar os 100 Km/h con unos consumos muy ajustados
Hubo que esperar hasta el 25 de febrero de 1964 para que el R4 en su versión “L” se presentase en España. Producido en la planta de Valladolid, fue el referente de toda una generación de españoles que encontraron, gracias a él, la posibilidad de acceder a la “automovilidad” a un precio asequible y con una versatilidad extraordinaria. La prensa del momento destacó su carácter polivalente y económico (84.000 pesetas. de la época, por debajo de las 100.000 pesetas del segmento), y las virtudes de su suspensión “todo camino”, así como su concepto innovador en términos de facilidad de acceso al habitáculo. El modelo comercializado en España contaba con características específicas: un motor de 845cc, que desarrollaba 30 CV que le permitía superar los 100 Km/h con unos consumos muy ajustados. Rápidamente se popularizó la denominación cariñosa de “cuatrolatas”, en referencia al badge trasero que reflejaba las siglas “4L”. Su desarrollo comercial en el mercado español creció con rapidez, a la par que la sociedad española durante casi tres décadas, hasta convertirse en el modelo mítico que es hoy en día.
La última unidad producida del 4L salió de la cadena el 3 de diciembre de 1992, aunque en España se dejó de producir ya en 1989, si bien, la versión furgoneta estuvo en producción hasta 1991
Portada » El Renault 4L, icono del automovilismo cumple 60 años
A lo largo de su historia en España, el 4L fue modernizándose y acompañando las evoluciones tecnológicas que fueron surgiendo, sin perder su personalidad original y sus virtudes conceptuales. De este modo, fue incorporándose motorizaciones más modernas y eficientes, como el motor C “sierra” de 852cc y la caja de velocidades de 4 relaciones, en 1968, o, posteriormente, el motor de 1.108cc de 38 CV, los frenos de disco, etc… También introdujo elementos como el techo practicable panorámico, que contribuyó a reforzar su carácter lúdico.
Con más de 8.000.000 de unidades a lo largo de tres décadas, el Renault 4L es sin duda uno de los modelos más importantes de Renault, un modelo que fue un auténtico laboratorio de soluciones innovadoras, puestas de forma asequible a disposición del gran público
La introducción de reglamentaciones medioambientales internacionales más exigentes, a partir de enero de 1993, trajo como consecuencia su fin, al igual que sucedió con otros modelos de otras marcas, ya que técnicamente era inviable la introducción de los nuevos elementos de carácter obligatorio, como el catalizador. La última unidad producida del 4L salió de la cadena el 3 de diciembre de 1992, aunque en España se dejó de producir ya en 1989, si bien, la versión furgoneta estuvo en producción hasta 1991. En total, salieron de la planta de Valladolid 800.000 unidades de este modelo legendario (casi el 10% de su producción mundial). Su larga y reconocida historia en nuestro país ha dejado como legado numerosos clubs de fans del Renault 4L,por lo que es habitual encontrarse, aún a día de hoy, unidades de este legendario modelo en concentraciones de vehículos históricos a lo largo de toda la geografía española.