Estás leyendo
Citroën 2CV, 30 años de la última unidad

Citroën 2CV, 30 años de la última unidad

A mediados de la década de 1930, Citroën inició el desarrollo del prototipo “Toute Petite Voiture” (“coche muy pequeño”), el futuro Citroën 2CV. André Lefèbvre, responsable máximo de desarrollo en Citroën por aquel entonces recibió unas directrices que debía cumplir el TPV: debía ser un coche de pequeño; capaz de circular por cualquier parte, de transportar cualquier cosa y, ante todo, barato de compra y económico en su mantenimiento. En 1939 el proyecto estaba ya listo para presentarse en el Salón del Automóvil de París, pero debido al inicio de la II Guerra Mundial se suspendió, los 250 prototipos construidos se destruyeron y las pocas unidades terminadas se ocultaron a los nazis.

 

El éxito de la sere especial  “Charleston” permitió prolongar la vida del 2CV hasta 1990, año en el que salió de la planta de Mangualde (Portugal) el último Citroën 2CV

 

La primera serie especial del 2CV fue la llamada “SPOT”, basada sobre el 2CV Club, con carrocería de color Orange Teneré

 

1948 ,se presenta en el Salón del Automóvil de París

 

Una vez finalizada la guerra, Citroën retomó el proyecto y el Citroën 2CV, totalmente rediseñado con respecto al TPV finalmente se presentó el 7 de octubre de 1948 en el Salón del Automóvil de París, sorprendiendo por su original diseño, su versatilidad y su economía pero, además, el 2CV contaba con importantes novedades tecnológicas para la época, como eran la tracción delantera, la suspensión elástica y el motor de dos cilindros refrigerado por aire. Como no podía ser de otra manera, el 2CV, un coche sin pretensiones, espacioso, simpático y sobre todo económico, conquistó inmediatamente al público. Pese al gran número de pedidos que se hicieron del 2CV, la escasez de materias primas hizo que Citroën sólo pudiese garantizar inicialmente una producción limitada, lo que generó listas de espera superiores a los seis años.

 

Carrocería y motor

 

Su carrocería de acero de cuatro puertas no era de tipo autoportante y, como la mayoría de los componentes del vehículo, se atornillaba al chasis. En lugar de un techo fijo de acero, el vehículo disponía de un techo convertible en algodón impermeable que contribuía a reducir el peso del conjunto y a incrementar el bienestar en el habitáculo. El comportamiento dinámico del Citroën 2CV se caracterizaba por una buena movilidad tanto en asfalto como fuera de él, así como por una notable inclinación lateral de la carrocería en las curvas. A causa de su ligereza, del motor bóxer y de un depósito situado muy bajo, tenía un buen centro de gravedad, haciendo prácticamente imposible que volcase. Inicialmente, todas las unidades se equiparon con frenos de tambor en las cuatro ruedas y sólo a partir de 1981 se montaron frenos de disco en las ruedas delanteras. En el apartado mecánico, el 2CV se presentó con un motor bóxer bicilíndrico refrigerado por aire y con una cilindrada inicial de 375 c.c. que desarrollaba 6,6 kW (9 CV), que iba asociado a una caja de cambios de 4 marchas, que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 70 Km/h.

 

Llega la versión furgoneta “Made in Spain”

 

Basado en el 2CV, en la primavera de 1951 se presentó la versión furgoneta, que difería de la berlina a partir del montante central donde empezaba una espaciosa zona de carga en forma de caja. Gracias a sus dos puertas traseras, ofrecía una gran facilidad de carga y fue utilizada por innumerables servicios públicos en toda Europa, España incluida. Precisamente, este fue el primer modelo que salió de las líneas de montaje de la fábrica de Citroën Hispania inaugurada en la Zona Franca de Vigo en 1958.

 

Una vez finalizada la guerra, Citroën retomó el proyecto y el Citroën 2CV, totalmente rediseñado con respecto al TPV finalmente se presentó el 7 de octubre de 1948 en el Salón del Automóvil de París

 

Ver también
90 años después, Audi resucita el Auto Union Type 52

 

Gracias a sus dos puertas traseras, el 2CV furgoneta ofrecía una gran facilidad de carga

 

Las series especiales

 

A partir de 1976, se desarrollaron numerosas series especiales de las que la primera fue la llamada “SPOT”, basada sobre el 2CV Club, con carrocería de color Orange Teneré. El “SPOT” tenía un motor de 435 cc y sólo para Suiza montaba el de 602 cc. Se vendieron tan rápido que la marca pensó rápidamente en lanzar nuevas series especiales. En 1981, llegó la versión “Charleston”, un homenaje en estilo retro a los “felices años 20”. Disponible en amarillo y negro o en burdeos y negro, más tarde también se vendió en una elegante combinación de dos tonos de gris. En 1983 se lanzó la versión “France3” y luego llegaron las versiones “Dolly” en 1985 y un año después la “Cocoricò” con decoración tricolor sin olvidar una versión dotada de nevera desarrollada en colaboración con una firma francesa de agua mineral: el 2CV Spécial Perrier (1988). De todas ellas, la que más éxito tuvo fue la “Charleston” cuyas ventas permitieron prolongar la vida del 2CV hasta 1990, año en el que salió de la planta de Mangualde (Portugal) el último Citroën 2CV.

 

A mediados de la década de 1930, Citroën inició el desarrollo del prototipo “Toute Petite Voiture” (“coche muy pequeño”), el futuro Citroën 2CV

 

De todas las sries especiales, la de mayor éxito fue la  “Charleston”, que permitió prolongar la vida del 2CV hasta 1990, año en el que salió de la planta de Mangualde (Portugal) el último Citroën 2CV