Rara vez nos planteamos la tecnología o el I+D de los lubricantes que ponemos a nuestros coches. Sabemos que, hoy en día, los motores son cada vez más pequeños y eficientes, sin que su rendimiento se vea afectado. Esta circunstancia sin duda supone todo un reto para los actuales aceites, que deben ser más resistentes que nunca ante el incremento de la presión del motor. Lo que le sucede al motor bajo tanta presión es que, durante unos microsegundos, en cada revolución que transmite la potencia se generan puntos de fricción que pueden desaprovechar el rendimiento de nuestro motor hasta en un 10%, un porcentaje que podría parecer pequeño, pero que para los que realmente disfrutan de la conducción y de las altas prestaciones, supone una pérdida de rendimiento enorme.
Es por este motivo por el que Castrol ha desarrollado Castrol EDGE con tecnología Fluid TITANIUM, su lubricante de motor más resistente y avanzado. ¿Cuál es su ventaja?, pues que este lubricante es capaz de transformar su estructura para volverse más sólido en los momentos de mayor presión y, de esta forma, mantener separado el metal y, por tanto, es capaz de reducir la fricción, pero ahí no queda la cosa, pues una vez que la presión se reduce, el lubricante vuelve a su estado fluido. Para demostrar esta capacidad de trasformación del Castrol EDGE con tecnología Fluid TITANIUM, en Castrol sometieron a motores a una elevada presión y analizaron el lubricante con rayos X generados mediante electrones que viajaban casi a la velocidad de la luz. Si quieres más información sobre el Castrol EDGE con tecnología Fluid TITANIUM, visita www.castrol.es
Portada » La fricción, el enemigo del rendimiento