Estás leyendo
Skoda 1100 OHC Coupé 92 CV y 55 Kg para las carreras de resistencia

Skoda 1100 OHC Coupé 92 CV y 55 Kg para las carreras de resistencia

En la primavera de 1956, Skoda comenzó el diseño del Skoda 1100 OHC (designación interna de tipo 968), un modelo destinado principalmente para las carreras de resistencia en circuito y, a finales de 1957 la primera de las dos unidades descapotables de plástico reforzado con fibra de vidrio (GRP) estaba listo. Entre 1959 y 1960, los diseñadores continuaron trabajando en el proyecto 968 y crearon dos coupés ŠKODA 1100 OHC de carrocería cerrada, que a diferencia de los Skoda Sport y Supersport de finales de la década de 1940, ya no se basaba en un tubo central con horquillas para montar un motor OHV (válvulas en cabeza) en la parte delantera. En su lugar, el Skoda 1100 OHC Coupé aprovechó un ligero, pero rígido bastidor soldado a partir de tubos de paredes finas. La suspensión trapezoidal, formada por dos trapecios triangulares dispuestos uno encima del otro, se aplicó en las ruedas delanteras, mientras que en la parte trasera se instaló un eje de acoplamiento con brazos de arrastre. El motor atmosférico de cuatro cilindros en línea de 92 CV se situaba detrás del eje delantero y, junto con la unidad de montaje, compuesta por el diferencial del eje trasero y la caja de cambios de cinco velocidades, conseguía una distribución del peso casi ideal. En función de la relación de transmisión, que podía ajustarse según el circuito específico, el biplaza con carrocería de aluminio y un peso en vacío de solo 555 kg alcanzaba una velocidad máxima de unos 200 Km/h. Los frenos de doble circuito garantizaban siempre una deceleración eficaz y, para reducir la masa no suspendida, los frenos de tambor traseros se montaban en el engranaje del diferencial. Originalmente, ambos coupés eran únicos, con un acabado anodizado, sin embargo, en la pista, este tratamiento superficial no demostró ninguna ventaja, por lo que ambos coches se pintaron de rojo a mediados de la temporada de 1962.

 

La carrera deportiva de los dos coupés Skoda 1100 OHC duró de 1960 a 1962 y en  1966, cuando los cambios en el reglamento técnico supuso el fin de la categoría de menos de 1.100 cm3, fueron vendidos a compradores privados y desgraciadamente acabaron destruidas en sendos accidentes

 

El Skoda 1100 OHC estaba equipado con un motor atmosférico de cuatro cilindros en línea de 92 CV

 

La carrera deportiva de los dos coupés Skoda 1100 OHC duró de 1960 a 1962 y en  1966, cuando los cambios en el reglamento técnico supuso el fin de la categoría de menos de 1.100 cm3, fueron vendidos a compradores privados y desgraciadamente acabaron destruidas en sendos accidentes. El propietario de la primera unidad sustituyó el motor del 1100 OHC por uno de cuatro cilindros de serie con distribución OHV procedente de un Felicia y los componentes que quedaron intactos después del accidente se usaron en la reconstrucción del vehículo, mientras que el segundo coupé se incendió en un accidente y su carrocería de aluminio quedó irremediablemente dañada. En 2014, el Museo Skoda adquirió el bastidor, que se había partido en tres partes, junto con el eje delantero completo y otras piezas que quedaron intactas y comenzó un ambicioso proyecto de restauración.

 

El motor atmosférico de cuatro cilindros en línea de 92 CV se situaba detrás del eje delantero y, junto con la unidad de montaje, compuesta por el diferencial del eje trasero y la caja de cambios de cinco velocidades, conseguía una distribución del peso casi ideal. En función de la relación de transmisión, que podía ajustarse según el circuito específico, el biplaza con carrocería de aluminio y un peso en vacío de solo 555 kg alcanzaba una velocidad máxima de unos 200 Km/h

 

Gracias a su carrocería de aluminio y su peso en vacío de solo 555 kg, alcanzaba una velocidad máxima de unos 200 km/h

 

Ver también
Alfa Grand Prix, 110 años de un automóvil totalmente pensado para la competición

A lo largo del proceso de reconstrucción, el equipo del taller de restauración del Museo Skoda trabajó estrechamente con homólogos del centro para la construcción de prototipos de Skoda Auto. Basándose en los escaneos de los dibujos 2D a escala 1:1, crearon una cuadrícula tridimensional, que después procesaron visualmente. Examinaron y corrigieron minuciosamente el aspecto de los distintos elementos, por ejemplo, en la parte delantera del vehículo y alrededor de las luces traseras. Compararon las fotografías históricas con los bocetos y el modelo 3D. Entonces, los expertos pudieron observar el vehículo desde todos los ángulos en el estudio virtual y realizar ajustes. Se crearon modelos en miniatura y, posteriormente, otros modelos de los bordes de la parte delantera y de la trasera de la carrocería a escala 1:1. Tras la valoración de los expertos, los ajustes necesarios y la aprobación final, los ingenieros de Skoda Auto empezaron a trabajar en los tabiques, los pasos de rueda y otros elementos de la carrocería. La carrocería se creó a partir de láminas de aluminio de 0,8 mm y 1 mm de grosor que se soldaron manualmente y se moldearon durante el proceso de reconstrucción.

 

En la primavera de 1956, Skoda comenzó el diseño del Skoda 1100 OHC (designación interna de tipo 968), un modelo destinado principalmente para las carreras de resistencia en circuito y, a finales de 1957 la primera de las dos unidades descapotables de plástico reforzado con fibra de vidrio (GRP) estaba listo. Entre 1959 y 1960, los diseñadores continuaron trabajando en el proyecto 968 y crearon dos coupés ŠKODA 1100 OHC de carrocería cerrada

 

Pese a que las dis unidades se destruyeron, gracias a la labor de reconstrucción del Museo Skoda y de Skoda Auto se ha podido restaurar una de ellas