El pasado 28 de mayo, Maserati celebró el 60º aniversario de la increíble victoria de Masten Gregory y Lloyd Casner con el Maserati Tipo 61 en la séptima edición de los 1.000 kilómetros de Nürburgring, victoria que al año siguiente repetiría Stirling Moss y Dan Gurney. Los coches estaban personalizados con pintura blanca y azul, los mismos colores que, como homenaje a estas victorias, inspiraron al Maserati MC12 Stradale. Este superdeportivo, que dominó a principios de la década de los ’60, entregó recientemente el testigo al nuevo MC20, renovando el espíritu de carreras que siempre ha sido parte integral del ADN de Maserati y que está preparando el camino para el regreso del Tridente al mundo de la competición.
Maserati comenzó a producir el Tipo 60 en marzo de 1959, pero en noviembre de ese mismo año ya se había transformado en el Tipo 61, con el propósito de cumplir con las regulaciones técnicas necesarias para competir en las 24 Horas de Le Mans
El Tipo 61 fue el más conocido de la serie de cinco modelos diseñados por Giulio Alfieri, más conocido como “Birdcage” por su inusual chasis, una intrincada estructura que contiene alrededor de 200 tubos, un complejo conjunto que se parece a una jaula para pájaros. Este método de fabricación proporcionó un chasis más rígido y ligero que el de los otros vehículos de carreras de la época, haciendo de esta barchetta biplaza la mejor y más avanzada solución para los automóviles de competición con motor delantero y tracción trasera.
Maserati celebró el 60º aniversario de la increíble victoria de Masten Gregory y Lloyd Casner con el Maserati Tipo 61 en la séptima edición de los 1.000 kilómetros de Nürburgring, victoria que al año siguiente repetiría Stirling Moss y Dan Gurney
Portada » 60º aniversario de la victoria del Maserati Tipo 61 en Nürburgring
Maserati comenzó a producir el Tipo 60 en marzo de 1959, pero en noviembre de ese mismo año ya se había transformado en el Tipo 61, con el propósito de cumplir con las regulaciones técnicas necesarias para competir en las 24 Horas de Le Mans. La cilindrada del motor de cuatro cilindros pasó a ser de 2.900 cc con una potencia de 250 CV, que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 285 Km/h en lugar de 270 Km/h, todo ello a pesar de los 30 Kg que aumentó su peso (600 Kg). Otra de sus ventajas era que a pesar de su gran potencia, su consumo seguía siendo bastante bajo, lo que le permitía un menor número de paradas para repostar, algo vital en las carreras de resistencia. Por lo demás, el coche mantuvo el diseño y las soluciones ya adoptadas para el Tipo 60.