Parecía que este momento no iba a llegar nunca, pero poco a poco hemos ido recuperando la mal llamada “nueva normalidad” y desde aquí, sólo esperamos y deseamos que se mantenga y que evolucione hacía la normalidad absoluta y lo decimos, porque viendo las irresponsabilidades que muchas personas están cometiendo por un cierto relajamiento ante el Covid-19 se están provocando importantes rebrotes.
El precio Brent del barril de petróleo se ha doblado con respecto a lo que se pagaba en marzo, en plena fase de la pandemia de Covid-19, pasando de los 20,30$ a los 41,44$ actuales, un incremento sin duda debido a una mayor movilidad por tanto, a una mayor demanda
Una muestra de esta lenta vuelta a la normalidad lo tenemos en el incremento que está experimentando el precio Brent del barril de petróleo, que se ha doblado con respecto a lo que se pagaba en marzo, en plena fase de la pandemia de Covid-19 y es que su precio ha pasado de los 20,30$ a los 41,44$ actuales, un incremento sin duda debido a una mayor movilidad por tanto, a una mayor demanda. Obviamente este incremento se ha visto reflejado en lo que nos cuesta el precio por litro en las gasolineras y así, concretamente, en junio el precio de la gasolina se incrementó un 5% de media desde los mínimos de principios de mayo y esto es sólo el principio…
El nuevo Renove afecta a todas las tecnologías de propulsión disponibles en el mercado, es decir, también a los motores gasolina y diésel (en junio ambos representaron más del 80% de las ventas)
Por otro lado, el Gobierno por fin ha decidido tomar medidas para ayudar al sector del automóvil con el Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción, que incluye un Plan Renove 2020 de 250 millones de euros para la compra de vehículos nuevos y de los llamados Km 0 y un Plan MOVES dotado con 100 millones de euros destinados a favorecer la compra de coches eléctricos, híbridos enchufables, los eléctricos de autonomía extendida y los impulsados por hidrógeno. Un dato curioso es que el nuevo Renove afecta a todas las tecnologías de propulsión disponibles en el mercado, es decir, también a los motores gasolina y diésel (en junio ambos representaron más del 80% de las ventas) y decimos lo de curioso porque no sólo nos viene a la cabeza las famosas palabras de cierta Ministra en las que afirmaba que el diésel tenía los días contados , sino por que además, finalmente el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobado por el Gobierno, no incluirá la prohibición a los coches de combustión a partir de 2040 y se limita a impulsar medidas para su desaparición.
Las ayudas recibidas para la compra de un vehículo por parte del Gobierno no son libres de impuestos y por tanto, deben incluirse en la declaración de la Renta, con lo que se podría llegar a tener que llegar a pagar casi el 50% de lo percibido
Para acogerse a las ayudas hay que cumplir unos requisitos: el precio del nuevo coche no puede superar los 35.000 euros (45.000 si es cero emisiones) y además, han de emitir menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro y a cambio, hay que entregar uno con 10 o más años de antigüedad con la ITV en vigor para que sea achatarrado (si tiene más de 20 años se recibe una ayuda extra de 500€). Las ayudas varían dependiendo de la etiqueta del nuevo coche y van desde los 4.000€ de un modelo “ECO”, hasta los 400€ para un coche con etiqueta C y eficiencia B. Los fabricantes de vehículos completarán las ayudas con un descuento equivalente, salvo en el caso de los modelos de etiqueta cero de la DGT, en los cuales la ayuda adicional se limitará a 1.000€. Como es lógico, el sector ha acogido muy bien la llegada este Plan Renove 2020, la duda está en ver si entre los particulares tiene o no efecto llamada, pues entregar un coche de más de 10 años y que a cambio te den 400 € se nos antoja insuficiente, pues según que modelo, su valor en el mercado está claro que puede ser muy superior y recordemos que incluso la ayuda recibida sería inferior al aprobada por Zapatero en 2009, que llegó a ser de 500€. Otra dato importante a tener en cuenta: las ayudas recibidas para la compra de un vehículo por parte del Gobierno no son libres de impuestos y por tanto, deben incluirse en la declaración de la Renta, con lo que se podría llegar a tener que llegar a pagar casi el 50% de lo percibido.