Cornisa cantábrica

Cantabria, una región eminentemente costera con más de 220 kilómetros de costa de este a oeste, con más de noventa playas de muy diversa tipología: grandes, pequeñas, urbanas, agrestes, recogidas. tranquilas o abiertas al Mar Cantábrico.

Pero Cantabria es a la vez una región montañosa, con una larga barrera de montañas paralela al mar que componen parte de la cordillera cantábrica y de valles siempre verdes. Además, debido a su privilegiada situación geográfica en la cornisa cantábrica, Cantabria cuenta con la más selecta relación de materias primas gastronómicas, dando como resultado una de las gastronomías más ricas y de mayor personalidad del país.

Esta experiencia comenzará en las proximidades de Santillana del Mar, una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España, declarada Conjunto Histórico-Artístico, en la que se ha elegido en un maravilloso hotel ubicado en una antigua casona-palacio del siglo XVIII, para ser sede de esta ruta. El sábado por la mañana comenzará la ruta hacia una de las villas marineras más antiguas, donde sus tres fortificaciones dan fe de su importancia histórica como plaza destacada para la defensa costera y cuya transcendencia viene, además, señalada por dos faros de indudable encanto, localidad que es conocida por su industria conservera, que comenzó a comercializarse a finales del siglo XIX y que, en la actualidad, es una de las más importantes de España. Posteriormente, se pondrá rumbo hacia uno de los principales destinos turísticos de Cantabria, ubicado en un paraje de gran belleza natural y en cuyo casco urbano se encuentra la playa de mayor extensión de todo el litoral cántabro y cuyo casco histórico está declarado Lugar de Interés Turístico. El recorrido continuará hasta llegar a un restaurante enclavado en una casona rústica y desde cuyos ventanales se disfruta del paisaje típico montañés con sus verdes prados, en definitiva, un auténtico deleite para todos los sentidos. Después de comer, se regresará directamente a Santillana del Mar para poner fin a este día, para poder disfrutar del encanto de las calles de Santillana del Mar o para poder visitar las Cuevas de Altamira.

El domingo por la mañana se ha diseñado un recorrido por el Valle de Cabuérniga, también conocido como “La Ruta de los Foramontanos”, llamada así por ser el camino que tomaron los cántabros cuando salieron de las montañas tras la Reconquista para repoblar las tierras de Castilla. Toda la zona es un inmenso bosque de tonos cambiantes con grandes extensiones de avellanos, abedules, sauces, robles, hayas u olmos, entre otras especies arbóreas. Se trata de un recorrido salpicado de pequeños pueblos caracterizados por sus casonas de piedra con grandes solanas y balcones. Finalmente, se llegará a un antiguo refugio de pescadores, cuya situación envidiable de cara al mar, rodeado por el Parque Natural de Oyambre y, de fondo, la impresionante imagen de los Picos de Europa, le convierte en una de las estampas más pintorescas de la cornisa cantábrica. Declarado Bien de Interés Cultural goza, además, de una reconocida gastronomía de la que disfrutará en uno de sus mejores restaurantes ubicado en la bahía, que servirá para poner fin a “Cornisa cantábrica”.