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Bridgestone y Microsoft desarrollan un sistema de monitorización inteligente del neumático

Bridgestone y Microsoft desarrollan un sistema de monitorización inteligente del neumático

Hoy en día, no paramos de ver como las marcas de automóviles introducen un gran números de ayudas a la conducción (ADAS) en pro de nuestra seguridad. Sin embargo, hay un elemento fundamental del que casi la mayoría se olvida, nos referimos a los neumáticos, el único contacto entre nosotros y carretera y cuyos principales problemas pueden tener su origen en una presión insuficiente, su fatiga, el desgaste irregular y, por último, daños causados por bordillos, baches u objetos en la carretera. Afortunadamente, la mayoría de estos problemas ya pueden paliarse de manera fiable: el sistema de control de presión de neumáticos (TPMS) obligatorio en todos los vehículos fabricados desde el año 2012, nos ayuda a evitar problemas por una baja presión en los neumáticos, mientras que un mantenimiento regular y la sustitución de los neumáticos cuando corresponde les protege del desgaste y la fatiga. Sin embargo, todavía existe el riesgo provocado por los daños que salvo una inspección minuciosa y manual pasan desapercibidos y por lo tanto, no se detectan.

 

Afortunadamente, la mayoría de los problemas en los neumáticos  ya pueden paliarse de manera fiable gracias al sistema de control de presión de neumáticos (TPMS) obligatorio en todos los vehículos fabricados desde el año 2012

 

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Ahora, de la mano de Brigestone y Microsoft, este problema se puede solventar gracias al sistema de monitorización de daños en neumáticos que avisa en tiempo real de cualquier anomalía en el neumático. Para ello, utiliza la infraestructura de la nube de MCVP (Plataforma de Vehículos Conectados de Microsoft) junto con los datos recogidos por sensores mediante un hardware ya instalado y utiliza algoritmos para detectar incidencias que afecten a la superficie y la carcasa del neumático. El conductor puede ser informado inmediatamente del peligro y actuar en consecuencia para remediar esta situación. El sistema no solo reconoce cuándo se ha producido el daño, sino también dónde. De esta manera, se tiene una visión más amplia de las condiciones y la infraestructura de la carretera, que se pueden utilizar para alertar a los responsables de seguridad vial, señalando la presencia y ubicación de baches y otros peligros. Los futuros vehículos autónomos también podrían beneficiarse del sistema, transmitiendo información sobre contingencias locales a otros que se encuentren en los alrededores, así como de su almacenamiento en la nube.