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Opel Astra 1.5 D 130 CV, eterna juventud

Opel Astra 1.5 D 130 CV, eterna juventud

  • Por Rafael Cerro
  • Virgilio indicó “Así se va a las estrellas” con la frase latina legendaria Sic itur ad astra . La oración de Séneca el Joven Non est ad astra mollis e terris via quería decir que el camino a las estrellas no era fácil. Y sigue sin serlo. Siempre que alguien dice ‘astra’ está indicando algo grandioso. En el caso de este Opel, la palabra ‘Astra’ designa un superpoder.
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decides: o buenista o eficaz. O eres políticamente correcto o ahorras en tiempos de crisis. Con el Astra 1.5 diésel de esta prueba dispondrás de 130 caballos para mover 1.400 kilos, lo que derivará en prestaciones razonables. Pero, sobre todo, tendrás el superpoder de la austeridad. Con el paso de los días, te descubrirás a ti mismo conduciendo para llegar, rizando el rizo, a consumos incluso inferiores a los cinco litros. Consumos de moto en un automóvil que tiene homologadas cinco plazas muy cómodas. Astra significa “estrellas”, en plural. La etimología es la rama de la lingüística que estudia el origen de las palabras, pero también la evolución de su forma y de su significado. En el siglo XIX, un coche era un carro de caballos, pero ahora un coche puede ser un vehículo mecánico de 200 kilómetros por hora de punta que conduce solo.

 

En 1991, un Astra era un compacto de cinco plazas más o menos rudimentario, pero el Astra de 2022 es otra cosa. Para empezar, es un coche francés del grupo galo Stellantis… aunque todavía fabricado en Alemania. En segundo lugar, es un objeto elegante de líneas afiladas que no tiene nada que ver con lo que estábamos acostumbrados a ver en el Opel de este segmento

 

El Astra 1.5 diésel tiene 130 caballos y unos consumos incluso inferiores a los cinco litros que te dan una autonomía de hasta 1.000 Km

En 1991, un Astra era un compacto de cinco plazas más o menos rudimentario, pero el Astra de 2022 es otra cosa. Para empezar, es un coche francés del grupo galo Stellantis… aunque todavía fabricado en Alemania. En segundo lugar, es un objeto elegante de líneas afiladas que no tiene nada que ver con lo que estábamos acostumbrados a ver en el Opel de este segmento. Magníficamente ensamblado, con acabados más que satisfactorios, cargado de seguridad en forma de ayudas a la conducción y que respira un aire hipermoderno. Formas rectas y limpias y acabados más que satisfactorios para un coche de su precio. Es un desafío a la era de la automoción electrificada y una de las formas más baratas de viajar en coche, con consumos que se pueden dejar cerca de los cinco litros. Desgraciadamente, a partir de ahora solamente se podrá comprar con cambio automático. Y lo digo así porque el cambio manual de seis velocidades que probé era preciso y eficaz y le añadía mucha magia a la conducción. Contacto. Impresiona ver 1.000 kilómetros en el marcador de previsión de autonomía. El numerito aparece en un cuadro de mandos hipermoderno incluido en la misma moldura horizontal que la pantalla del navegador y la radio, que te hace pensar que estuvieras en el cine. Cuidado con los que han desterrado el gasóleo antes de tiempo y sin argumentos de peso. Alguno vendrá a decirte que los diésel emiten óxidos de nitrógeno, pero podrás responder que también es cierto que tú quemas menos litros de combustible que los que repostan gasolina.

 

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Con el Astra 1.5 diésel de esta prueba dispondrás de 130 caballos para mover 1.400 kilos, lo que derivará en prestaciones razonables. Pero, sobre todo, tendrás el superpoder de la austeridad. Con el paso de los días, te descubrirás a ti mismo conduciendo para llegar, rizando el rizo, a consumos incluso inferiores a los cinco litros. Consumos de moto en un automóvil que tiene homologadas cinco plazas muy cómodas

 

En su interior, encontramos el Pure Panel, un puesto de conducción completamente digitalizado que se estrenó con el Mokka compuesto dos pantallas de 10″

El Astra de diseño no se parece a nada conocido. Está vivo: frontal deportivo o casi agresivo y prestaciones bastante razonables: 209 km/h de punta y 10,9 segundos de cero a 100. Sensación omnipresente de acabados más que razonables, ensamblajes todavía mejores… y de que todo está en su sitio y funcionando. Asientos sobresalientes, tanto por sujeción como por comodidad. El que dibujó este coche sacrificó parte de la visibilidad trasera a cambio de una zaga sublime. Me refiero a la visión que nos llega desde el retrovisor interior, que es un poco reducida debido a la pequeña luneta. Asientos traseros cómodos y espaciosos para tres, razonablemente anchos para dos. Hay que ser muy alto para que las piernas den en los respaldos de los delanteros. Magníficos asientos delante: cómodos y con sujeción. En conjunto, una posibilidad mucho mejor que la idea de un Opel Astra que yo tenía en la cabeza y hasta un capó con un cierto aroma de parecido histórico al del legendario Opel Manta. Bienvenidos a la máquina del tiempo.