Hubo un tiempo en el que la F1 era un deporte de románticos soñadores que competian de tú a tú en cada Gran Premio, era la década de los ’70. España que por aquel entonces sólo contaba con el Jarama como circuito permanente y el hecho de que un piloto español compitiese en la F1 era algo casi impensable. Sin embargo, hay personas que a lo largo de su vida, por muy excéntrico que pueda parecer, persiguen su sueño hasta que lo consiguen y este es el caso de Emilio de Villota, un pionero en muchos aspectos, que como si de Paco Martinez Soria se tratase, en una época en la que los españoles no estábamos acostumbrados a salir al extranjero hizo las maletas y se marchó de España a perseguir su sueño hasta que lo logró.
En 1980 fundó una escuela de pilotos por las que pasaron entre otros De la Rosa, Gené Sainz, Alonso, Antonio García y Sainz Jr y además, en 2005 puso en marcha el Master Junior Formula, un certamen por el que en 3 años pasaron 65 jóvenes pilotos
Su primera afición, la música le sirvió para que junto son sus amigos, se comprase su primer coche, un Amilcar de 1921 con el que aprendieron de mecánica y, junto con un compañero de Facultad comenzó, como no, con un SEAT 600 en los rallies, pero pronto se dio cuenta de que le gustaba más la sensación de llegar a final de recta en paralelo con otro coche y a ser posible, un monoplaza. Para alcanzar su sueño comenzó corriendo en la Copa Nacional Renault con un Renault 8 TS que compró a plazos, dando como entrada un 600 que acabada de comprar también a plazos. La llegada de Rodamientos Medinabi, su primer patrocinador, que le acompaño durante muchos años, sumado sus primeros buenos resultados, le permitió terminar de pagar el coche y seguir compitiendo mientras terminaba sus estudios en la Facultad de Económicas. Su vida laboral comenzó como becario en el Banco Ibérico y por fin pudo competir en monoplazas, primero en la Formula 1430 y al año siguiente en la 1800. Pero Emilio aspiraba a competir fuera de España y más concretamente en la F1 y el destino quiso que un anuncio en una revista inglesa le abriese las puertas de la F1. No lo dudo y ahí que se fue a ver un F2, pero su propietario, Ron Dennis, lo había vendido y acabó comprando otro, un Lyncar F1.
Emilio de Villota, un pionero en muchos aspectos, que como si de Paco Martinez Soria se tratase, en una época en la que los españoles no estábamos acostumbrados a salir al extranjero hizo las maletas y se marchó de España a perseguir su sueño hasta que lo logró
Con el apoyo de Iberia, Banco Ibéria y Medinabi, su sueño se hizo realidad en 1977, cuando a los mandos de un McLaren M23 debuta en la F1 con un programa de 7 carreras con un modesto equipo de seis personas y un Ford Fiesta que le dejó Ford España para viajar a las carreras. Pese a nunca llego a puntuar (su mejor resultado fue 13º en el GP de España de 1977 donde llegó a ir 10º), Emilio no tiró la toalla y sus éxitos vinieron en el Cto. Británico de F1, donde con un Williams W07 con el patrocinio del Banco Occidental, en 1980 logró 4 victorias y el titulo. Su experiencia internacional le sirvió también para darse cuenta de la necesidad de formar a los jóvenes talentos y, por ello, en 1980 fundó una escuela de pilotos por las que pasaron entre otros De la Rosa, Gené Sainz, Alonso, Antonio García y Sainz Jr y además, en 2005 puso en marcha el Master Junior Formula, un certamen por el que en 3 años pasaron 65 jóvenes pilotos.
Retirado ya de la competición, el destino es muy caprichos y la F1 le quitó a su hija Maria cuando estaba haciendo realidad su sueño: pilotar un F1. Pese a que María sobrevivió a un terrible accidente el 3 de julio de 2012 en el aeródromo de Duxford cuando se disponía a realizar un test aerodinámico con Marussia, fallecía el 11 de octubre de 2013 como consecuencia de las secuelas, después eso sí de llevar a cabo una gran labor solidaria con niños afectados por enfermedades neuromusculares genéticas. Tras su muerte, Emilio y su familia, decidió continuar su labor y obras solidarias a través de “El Legado de María de Villota” y hoy es frecuente verle dar conferencias sobre la obra de su hija y estar al frente de las distintas actividades que se llevan a cabo, la última en el Circuito del Jarama, con motivo del VI Jarama María de Villota, donde además, como uno más, tomó parte.
Con el apoyo de Iberia, Banco Ibéria y Medinabi, su sueño se hizo realidad en 1977, cuando a los mandos de un McLaren M23 debuta en la F1 con un programa de 7 carreras con un modesto equipo de seis personas y un Ford Fiesta que le dejó Ford España para viajar a las carreras