El pasado 13 de mayo se cumplió el 70º aniversario de la celebración del primer GP de la F1 actual, un aniversario que se ha visto empañado por la actual crisis sanitaria que hasta la fecha ha impedido el inicio de la temporada. En aquella ocasión, el piloto italiano Guiseppe Farina a los mandos de un Alfetta 158 logró la pole, la vuelta rápida y la victoria, un primer Gp en el que Alfa Romeo monopolizó el primer podio de la F1, con Fagioli segundo y Parnell tercero. Pero Alfa Romeo no sólo ganaría este primer GP de la F1, sino que además, su equipo, conocido como el de las 3 “F” (Farina, Fangio y Fagioli) dominaría la temporada, ganando las 6 carreras disputadas en Europa.
El equipo de alfa romeo conocido como el de las 3 “F” (Farina, Fangio y Fagioli) dominaría la temporada, ganando las 6 carreras disputadas en Europa.
Aunque pueda parecer increíble, el Alfetta 158 dominador de la primera temporada de la F1, databa de 1938 pues el inicio de la II Guerra Mundial detuvo su evolución, si bien, las soluciones técnicas previstas por el proyecto del Alfetta 158 fueron lo suficientemente sofisticadas como para ser válidas en el periodo de la posguerra. El motor de 8 cilindros en línea con compresor de una etapa y carburador de tres cuerpos fue diseñado por Gioacchino Colombo, jefe del departamento de diseño, mientras que un doble árbol de levas en cabeza accionaba la distribución. El uso de aleaciones ligeras, como la de magnesio Elektron para el monobloque y el acero al cromo-níquel para el cigüeñal permitió reducir el peso del motor a sólo 165 kg. El cambio se montaba en la parte trasera, formando un bloque con el diferencial. Es el famoso esquema «transaxle», que ocupaba menos espacio y proporcionaba una distribución óptima del peso entre los dos ejes, una solución que la marca usó más tarde también en los vehículos de producción en serie.
Finalizada la guerra, fueron devueltos a la fábrica de Portello, donde se restauraron y se prepararon para volver a competir, eso sí, con mejoras en su motor, que pasó de los 185 CV originales de 1938 a los 275 CV poco después de la guerra, a los 350 CV de 1950
En 1943 Italia se encontraba bajo la ocupación alemana y ante la amenaza de que los pocos Alfetta 158 que permanecían almacenados en la fábrica de Portello cayesen en manos de los nazis, varios técnicos y trabajadores de Alfa Romeo decidieron protegerlos y para ello, elaboraron un plan para trasladarlos en camiones con la ayuda de varios entusiastas de Alfa que se ofrecieron como voluntarios para esconderlos en garajes y en cobertizos de granjas, ocultos detrás de falsas paredes o pilas de leña, a la espera de tiempos mejores. Finalizada la guerra, fueron devueltos a la fábrica de Portello, donde se restauraron y se prepararon para volver a competir, eso sí, con mejoras en su motor, que pasó de los 185 CV originales de 1938 a los 275 CV poco después de la guerra, a los 350 CV de 1950. Entre 1947 y 1948, de la mano de Farina, Varzi y Tossi llegaron las primeras victorias, demostrando que Alfa Romeo seguía siendo el equipo a batir como así lo demostró en 1950 y el año siguiente, con el titulo logrado por Fangio con el Alfetta 159 (la última evolución del motor del Alfetta con 450 CV), el último que lograría el equipo que, a la finalización de la temporada, anunció su retirada.
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