Corría el año 1970 cuando el Apolo 13 iba camino de la Luna. Todo transcurría con plena normalidad hasta que a las 21:08 CST del 13 de abril, el astronauta Jack Swigert decía la famosa frase “Houston tenemos un problema”. Pues bien, algo parecido deben estar pensando los dirigentes del foro de Davos, impulsores de la Agenda 2030 y de la imposición del coche eléctrico, que no termina de despegar. Esto está provocando no sólo que varias marcas como Mercedes se estén replanteando su estrategia de electrificación, sino que incluso empresas de alquiler como Hertz ha tomado la decisión de deshacerse en EE.UU. de 20.000 coches Tesla para cambiarlos por vehículos de gasolina. Estar decisión la ha tomado después de comprobar que los costes de reparación son más altos y, sobre todo, por la depreciación que están sufriendo la hora de lanzarlos al mercado de segunda mano (el otro gran negocio de las empresas de alquiler), todo lo contrario que el de los motor a combustión, cuyo precio no ha dejado de subir a lo largo del pasado año.
Como ejemplo de la degradación a la que el sector es el Salón Internacional de Automóvil de Ginebra, la primera cita del sector en Europa y, sin duda, la más importe de Europa como lo demuestran sus datos de su última edición, la de 2019, cuando contó con 180 stands y nada menos que 140 estrenos mundiales y 25 europeos. Pues bien, para este año que, además fue su 90ª edición, sólo BYD, Dacia, Isuzu, Lucid, MG, Microlino, Pininfarina y Renault estuvieron presentes
En España sin ir más lejos, en 2023, de los más de 26 millones de turismos que circulan, algo más de 7 millones lo hacen sin etiqueta (27,5%) es decir los más antiguos y por lo tanto, los más contaminantes. Casi 8 millones tienen la etiqueta B (30,2%), mientras que algo más de 9 millones tienen la etiqueta C (35,8%). Respecto a los modelos más ecológicos, resulta curioso que los híbridos (llevan un motor de combustión interna) y cuya venta estará prohibida a partir de 2035, ganan por goleada a los eléctricos puros: 1,3 millones (5,2 %) frente a los algo más de 300.000 eléctricos que apenas llegan al 1,3%. A estos datos, hay que añadir otros dos muy importantes. El primero de ellos hace referencia a que, según el tercer trimestre del Barómetro de la Electromovilidad para 2023, se confirma la lentitud de España en el desarrollo de la electromovilidad con respecto al resto de países europeos y es que, por ejemplo, hay un total de 8.869 puntos de recarga no operativos en España, bien sea por encontrarse en mal estado, averiados o que aún no se han podido conectar a la red de distribución eléctrica. A esto hay que añadir el informe del portal inmobiliario Idealista, según el cual, el reto de la movilidad eléctrica encuentra ante un gran obstáculo: la imposibilidad de instalar un cargador eléctrico para su vehículo en una plaza de su propiedad en más de la mitad de las viviendas de España (55%), pues no cuentan con una plaza de garaje en propiedad en la que instalar estos sistemas de recarga.
Portada » Editorial marzo 2024
Corría el año 1970 cuando el Apolo 13 iba camino de la Luna. Todo transcurría con plena normalidad hasta que a las 21:08 CST del 13 de abril, el astronauta Jack Swigert decía la famosa frase “Houston tenemos un problema”. Pues bien, algo parecido deben estar pensando los dirigentes del foro de Davos, impulsores de la Agenda 2030 y de la imposición del coche eléctrico, que no termina de despegar
Mientras tanto y como ejemplo de la degradación a la que el sector es el Salón Internacional de Automóvil de Ginebra, la primera cita del sector en Europa y, sin duda, la más importe de Europa como lo demuestran sus datos de su última edición, la de 2019, cuando contó con 180 stands y nada menos que 140 estrenos mundiales y 25 europeos. Pues bien, para este año que, además fue su centenario, sólo BYD, Dacia, Isuzu, Lucid, MG, Microlino, Pininfarina y Renault estuvieron presentes es decir, ni rastro de las marcas italianas, ni las japonesas, alemanas surcoreanas o, las francesas del grupo Stellantis. Esto vuelve a demostrar como, poco a poco, los chinos nos están comiendo el mercado y no va a ser lo único…. Ya con la pandemia vimos la dependencia que teníamos de ellos en materia de chips pues bien, ahora China a dado un paso más y acaba de convertir los desiertos de Tengger y Gobi en un parque solar capacidad de generar 600 gigavatios de electricidad, superando la mitad de la potencia total de energía tanto de EE.UU., como de Europa. Así dicho no significa nada, pero con ello, proporciona energía barata y limpia, además de lograr la independencia energética total. Pero esto no la única ventaja, pues le gana la partida a occidente en materia de IA, que depende de la computación de alto rendimiento, lo que exige grandes cantidades de energía para el procesamiento de datos y el aprendizaje automático.