Castilla verde

Castilla, conocida por su rico patrimonio cultural y por sus tierras áridas y llanas, cuenta, sin embargo, con una zona verde en los límites de las provincias de Soria y Burgos con La Rioja, en la que la naturaleza se encuentra en estado puro, donde sobresalen unos mágicos y umbríos bosques de hayas, robles, acebos, abedules y pinos, y donde hay hasta lagunas de origen glaciar. Nos referimos a la Sierra de Urbión, unas escarpadas montañas en la provincia de Soria, donde nace el río Duero y la Sierra de la Demanda, un espacio natural protegido en la provincia de Burgos, una especie de “isla” de clima húmedo dentro del predominante clima seco y mediterráneo de Castilla. Hablamos, por tanto, de una zona de gran belleza y, sin embargo, gran desconocida.

Un hotel rural entre pinares centenarios, a los pies de los Picos de Urbión servirá de alojamiento durante los dos días en los que se recorrerá aproximadamente 310 kilómetros de “Castilla verde”.

El primer día, se pondrá rumbo hacia los Picos de Urbión para conocer una laguna de origen glacial, uno de los parajes más bellos de la provincia de Soria. Desde aquí, se continuará el camino por la vertiente soriana de la Sierra de la Demanda, atravesando bellos pueblos e impresionantes paisajes, hasta llegar a uno de los parajes más impresionantes de la provincia de Soria en el que, sin dejar volar mucho la imaginación, sus rocas labradas por la erosión del viento, la lluvia, la nieve y el hielo, adoptan formas increíbles y desde donde merece la pena pararse a contemplar un auténtico “mar de pinos” hasta el horizonte desde el mirador. Después de disfrutar de esta gran hermosura, se hará un alto en el camino para comer en un restaurante que ha sabido aunar la tradición de la gastronomía castellana con las nuevas creaciones, dando lugar a una cocina de autor de exquisita calidad en un ambiente discreto y acogedor. Finalizada la comida, camino de regreso al hotel, se pasará por dos lugares de obligada visita. En el primero de ellos, sorprende con un paraje espectacular: el nacimiento del río Abión, con aguas tan cristalinas que parecen tener solamente un palmo o dos de profundidad, aunque la realidad tiene aproximadamente unos cincuenta metros. El segundo lugar es un pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico, que nos hace volver la vista a la época medieval, recreando el ambiente de la vieja Castilla.

Ya el domingo, se saldrá por la mañana hacia una villa medieval que invita al reencuentro con el pasado, con sus casas de adobe y tracería trasera de madera, una colegiata que atesora belleza e historia y un torreón que, aún hoy, impone por su fortaleza, siendo la única fortaleza castellana anterior al siglo XI que aún se conserva. El recorrido continuará hasta llegar a las ruinas de un monasterio del año 912, en el que todavía se puede apreciar los restos de la iglesia del año 1080, así como los restos de la torre del siglo XII, claustro y demás dependencias monacales, tras el abandono sufrido como consecuencia de la Desamortización. Desde aquí, se adentrarán en la Sierra de la Demanda hasta llegar a Ibeas de Juarros, donde se realizará la última parada para comer y poner fin a “Castilla verde”.